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Tolix, la marca francesa cuyo producto más conocido es la Chaise A (o Model A), conocida generalmente como la silla Tolix, ha ganado espacio en forma creciente como emblema de solidez, ligereza y fácil mantenimiento. Nacida en 1934 pero vigente hasta la actualidad, se ha ganado un lugar en el Vitra Design Museum, el MoMA y el Pompidou Centre. La marca arribó en setiembre del año pasado a Uruguay, imponiéndose como ícono de la estética del diseño industrial en lo que refiere a piezas originales.

A comienzos del siglo XX, Xavier Pauchard fue pionero en el proceso de galvanización en Francia. En 1927 registró la marca Tolix, a través de la cual se producirían luego sillas, sillones, bancos y mobiliario en metal. Resistentes al óxido, robustos y apilables, estos muebles fueron un éxito instantáneo, y en poco tiempo se los pudo ver en diferentes ambientes: fábricas, oficinas, hospitales, cafés y parques.

La silla Chaise A, fabricada en láminas de metal galvanizadas de apenas un milímetro de espesor, se transformó rápidamente en un ícono de la vida parisina. Se trata de una silla utilizable tanto en interiores como en exteriores, por lo que es elegida por muchos cafés y restaurantes. El plegado de la lámina de metal permite lograr una silla liviana y  resistente para un uso intenso. El baño de zinc líquido que recibe al ser terminada, la vuelve incorruptible al óxido y la humedad; y el diseño de las patas, ligeramente abiertas hacia afuera, hace que sea estable aún en terrenos irregulares, y que sea fácilmente apilable. La mítica silla Tolix es símbolo de durabilidad y producción en serie sin perder su elegancia, lo que la transforma en estandarte de la nueva era de la industria francesa.

Tolix tuvo un lugar preponderante en la International Exposition de 1937. Las Chaise A colmaron los pasillos durante la principal exposición de arte y tecnología de la época. Con el tiempo su popularidad creció, al punto que a fines de los años 50’ llegaron a producirse un promedio de 60.000 sillas anuales.

La preponderancia de la marca retornó en 2004, cuando Chantal Andriot (ex Directora de Finanzas) tomó las riendas de la compañía familiar y junto con sus empleados se lanzó a la aventura de renovarla. El cambio pasó por dar una nueva vitalidad a la empresa manteniendo las cualidades características de Tolix: calidad e innovación. En la fábrica francesa de Autun, cada integrante de la empresa es especialista en su campo, y la cadena de producción está sujeta a varios controles de calidad. Para la renovación de la marca, se invirtió en nueva maquinaria y se contrató diseñadores como Jean-François Dingjian y  EloiChafaï (Normal Studio – Francia), Sebastian Bergne, Frédéric Gaunet y Patrick Norguet, quienes diseñaron nuevos productos, transportando las ideas del fundador de la empresa, Xavier Pauchard, al futuro. Así surgió la Chaise A en lámina de metal perforada, o la butaca T14, de Norguet.  Mientras tanto, la versión original de la icónica silla Chaise A de Tolix, se vende en 27 países, en 50 colores diferentes, demostrando su continua vigencia.

Ocho décadas

En 2014, la silla Chaise A, cumplió 80 años. Para esa ocasión, el diseñador Kilian Schindler fue elegido para hacer la curaduría del homenaje al ícono. Schindler estipuló ocho conceptos, y convocó a otros tantos diseñadores para trabajar sobre ellos: impacto (Konstantin Grcic), génesis (Studio Formafantasma), percepción (Julie Richoz), zeitgeist (Giulio Ridolfo), alteración (Lex Pott), valor (Julier Ceder), paradigma (Sebastian Herkner), y aura y unicidad (Bethan Laura Wood).

La importancia de ser original

Esta posición en el mercado es una clara demostración de la valorización del diseño de autor, que avala y ofrece al usuario piezas originales. Adquirir un producto original es importante para la calidad de vida y la salud. La campaña Be Original Américas, desembarcó en Uruguay ya en 2014 para difundir el conocimiento y proceso de una pieza original, protegiendo la historia del diseño y el futuro de la innovación.

Los productos de Tolix no contienen niveles significativos de metales peligrosos: son producidos con láminas de acero (metal de gran resistencia), y todas sus soldaduras son hechas con cobre, un metal resistente e inocuo para la salud. La pieza original se fabrica con materiales de alta calidad, duraderos y reciclables, asegurando una mayor vida útil y generando menor contaminación ambiental. En Uruguay, este equipamiento puede ser adquirido a través de Zinc Design, representante exclusivo de la línea. Existen bastantes posibilidades de configuración sobre todo la variante de los bancos H, que vienen de a 5cm. de diferencia entre 45 y 80 cm. de altura, y en colores que incluyen la paleta Le Corbusier.

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