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Fotos Leticia REMIAO

Creado por el arquitecto Trajano Straggiotti, la materialización de Crocco Studio Design es una síntesis arquitectónica de la filosofía de trabajo de este reconocido profesional brasileño. Un prisma minimalista hecho de madera de pino de plantación, con nudos y tonos bronceados, contiene tres pisos donde funcionan un estudio, oficina y galería, esta última con acceso directo desde la calle, flanqueado por dos jacarandas sobre una angosta y empinada vereda de Porto Alegre. En la planta a nivel de terreno se ubica la casa donde reside la mentora y guardiana de este paraíso creativo, la diseñadora y artista Heloísa Crocco, quien hace más de 20 años viene a Uruguay a compartir su arte y desmesurado talento, signado por el diseño de murales y objetos a partir de su entrañable y predilecto material: la madera.
En la galería, una pequeña área está destinada a exhibir el proceso de Topomorfose, libro que Heloísa publicó en 2010 y que recoge su trabajo de investigación a lo largo de su carrera, por la cual recibió en reiteradas ediciones el premio “Destaque en Diseño”, de la Asociación Francisco Lisboa / RS, Primer Premio en el Museo Pampulia en Minas Gerais, una Mención Honorífica en el 13° Premio Design Museu da Casa Brasileira/SP, entre otros. El último piso tiene vista al Río Guaiba, y parece flotar en el incomparable entorno verde de la sierra gaúcha.

La casa-estudio no está sola en el predio, una pasarela-terraza de madera invita a recorrer el jardín, donde dos contenedores yacen como transitorios pero atractivos dispuestos planificadamente y cuyo colorido, seleccionado por el artista Máximo Soalheiro, advierte lo que allí dentro sucede. El grado de intervención estética del conjunto de volúmenes refleja la sensibilidad y existencia de otras artes en sus interiores. Todo comenzó cuando Vico y Thomaz, hijos de Heloísa, decidieron pasar más tiempo cerca de su madre, e instalaron en cada uno sus sedes de trabajo, como espacio-ancla de sus tantas experiencias en varios países. Vico es chef y Thomaz productor visual, y bastaba el formato de la convivencia (con el diseño en común) para componer un tridente creativo que resulta en un polifacético estudio, con presencia en exposiciones grupales, festivales de gastronomía, espectáculos y bienales en Alemania, Austria, Hungría, EE.UU., Francia, México, Uruguay y Brasil.

El interior y el aire libre se comunican sin permisos, en todo plano y escala. En la casa las habitaciones son integradas. La madera se despliega en todos los formatos posibles, paredes, pisos, techos y utensilios. Los contendores están dispuestos de forma que dialogan entre sí con una naturalidad signada por los gestos de las interconexiones voluntarias como pérgolas, patios techados, extensiones vidriadas y mucha transparencia entre senderos iluminados resguardados por ensenadas verdes. La vedette es una gran mesa para 16 comensales al resguardo del follaje, es el espacio destinado al encuentro, que reproduce lo más parecido a un trozo de monte, e hilvana rincones para el disfrute de la charla, los aromas, las visuales y los sabores a experimentar por quienes decidan visitar Estudio Crocco.

RECUADRO Una vida para el diseño

Pareciera que el abordaje multidisciplinario al que nuevas generaciones han accedido amparados en una revolución de herramientas tecnológicas, que favorecieron muchos aspectos de la ejecución del mobiliario y objetos, sobre todo en el ámbito regional, hace admirar casos como el de esta veterana artista gaúcha, quien hace más de 40 años viaja incansablemente por toda la selva tropical del Amazonas y en forma reiterada a la Isla del Sol, frente a Piauí, muy cerca de Fortaleza, en busca de las fibras de la madera, sus procesos de composición, descomposición, aplicaciones, matricería y secuencia. Nacida en Porto Alegre, Heloísa Crocco se graduó en diseño en la Universidad Federal do Rio Grande do Sul, trabajó en el arte de la tapicería con Elizabeth Rosenfeld, hizo cursos de Creatividad I y II con Tom Hudson, entre 1974 a 1976, y además la especialización en artes plásticas: Apoyo Científico y Praxis, en la PUCRS en 1985. Ejerció la docencia en la década del 70 y actualmente abarca el diseño abordando además de la madera materiales como el cuero, la cerámica y el cartón, en textiles para el hogar, mobiliario, vajilla, y artículos de papelería. Sus murales se encuentran en hoteles como Hilton Dubai en los Emiratos Árabes Unidos (proyecto de Carlos Ott), en el Hotel Caesar Guarulhos (diseño del arquitecto Janet Costa), también en Fortaleza, Recife, y en el Hospital de la Caridad Portuguesa, entre otros lugares en el mundo. En 2009, Heloísa participó en la exposición internacional de los Países Bajos, representando a Brasil.

En el restaurante del hotel del chef Harald Rüssel (en Naurath Wald, Alemania), Vico aprendió a impartirle sabor a los platos regionales y presentarlos de una manera contemporánea, con un profundo respeto por la esencia regional. De la misma forma, su hermano Thomaz imprime percepciones visuales a través de su lente de video y con las sensaciones a flor de piel aporta herramientas de sus films y materializa tablas con diseños exclusivos. Además, su mamá se vinculó con las culturas indígenas al sur del continente americano, con las que llevó adelante proyectos en diferentes comunidades para revitalizar su producción artesanal y enfatizando su originalidad. Los tres exploran su potencial artístico, todo gira en torno a la madera, tanto para su uso como para ampliar la conciencia ecológica de otros artistas. De esta fusión nace el valor por lo ancestral como parte de las habilidades artesanales de la cultura brasileña, insertadas en el mundo moderno. Crocco Studio Design le otorgó tiempo y lugar: un espacio único es donde servir la mesa para recibir amigos, colegas y visitantes, la vajilla y la mantelería reproduce los grafismos de la madera, todo es una misma cosa… hierbas y matrices, cucharones y tijeras, todo huele a diseño.

 

Haciendo honor a la frase de Anatole France“El árbol de las leyes ha de podarse continuamente”, los murales o “paneles armados”, como suele llamarle Heloísa, son obras de arte en las que prevalece la textura y el efecto visual, reviviendo en cada pieza una nueva suerte de floración. Visten innumerables espacios en Brasil, incluso la fachada del basamento de un edificio y estructuras corredizas tipo celosías en los balcones, y están realizados con el reaprovechamiento de las cercas de los potreros de las estancias ubicados en la pampa gaúcha. La técnica utilizada es variada per siempre partiendo de las posibilidades de la madera pueden ser pintadas, patinadas, impresas con sellos que replican la veta de la madera o impresos en porcelana. En general se componen con la técnica del collage y oscilan entre el medio formato (1.30 x 1.30 m.) al gran formato (1.30 x 9.00 m). En Uruguay las piezas de Heloísa están disponibles en Occidente Studio, La Barra.

 

 

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