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Solo se trata de buena arquitectura (II)

por Arq. Eliseo CABRERA /

Luego del análisis realizado sobre el edificio del Hospital de Clínicas, y con la idea de seguir mirando la ciudad con ojos de arquitectura bioclimática, descubriendo y comentando aquellas que me parecen buenas obras de la arquitectura nacional. Tal cómo lo escribo en la nota anterior, esta serie de artículos no se trata de un ranking ni de una producción metodológica y sistemática de las obras bioclimáticas que hay en Montevideo, es sencillamente comentar, describir e invitar a mirar obras que nos rodean, que tienen como común denominador el tratamiento de la fachada atendiendo a criterios estéticos pero sobretodo bioclimáticos.

Es en definitiva la fachada uno de los elementos más importantes de un proyecto arquitectónico tanto desde el punto de vista formal o de su lenguaje arquitectónico, como desde el punto de vista físico siendo la fachada parte de la envolvente del edificio donde se producen una serie de fenómenos físicos de transmisión de calor que no deben pasar desapercibidos.

El hecho de realizar cada tanto caminatas en el Parque Batlle me permite combinar la realización de un ejercicio físico para mejorar la salud pero también la oportunidad de mirar la ciudad desde una escala literalmente humana, pero sobre todo, en los tiempos que una caminata supone, con el cambio lento de los puntos de vista que desde un vehículo en movimiento no es posible lograr. En oportunidad de una de esas caminatas , a pocas cuadras del ejemplo anterior me encuentro con una vivienda unifamiliar de dos niveles  que llamó mi atención, se trata de una fachada al oeste frente al Parque Batlle, a la altura del Club de Tiro. Veo al pasar una gran terraza que seguramente goza de una estupenda vista, pero que, debido a su orientación también es castigada por el sol en los meses de estío.

Pero lo que me llamó poderosamente la atención fue su sistema de protección solar compuesto por una especie ventanales gigantes corredizos que en vez de estar equipados con vidrios están equipados con sendos parasoles de madera. Esta solución permite al usuario de la vivienda tener varias opciones a la hora de filtrar el sol, el frío, el calor, en definitiva una casa con una segunda piel inteligente. No pudiendo resistir a la tentación del análisis arquitectónico, al llegar al estudio, ensayamos el dibujo de unas proyecciones estereográficas[1] para analizar el efecto en el asoleamiento sobre la solución estudiada.

Este sistema de parasoles es muy interesante ya que las lamas verticales, aparentemente de madera, además de tener un movimiento que les permite girar en torno a un eje vertical permitiendo de esa manera regular el ingreso o no del sol, están montadas sobre un gran marco que a su vez tiene la posibilidad de un segundo movimiento de forma tal de poder correrse a lo largo de la fachada eliminando de la misma la totalidad de las obstrucciones.

La proyección estereográfica es un método de estudio del asoleamiento de los edificios que permite analizar con mucha precisión los recorridos que realizará el sol a lo largo del año para un punto de estudio determinado.

Este diseño, sencillo y muy eficiente permite un abanico de posibilidades muy interesante, desde tener los parasoles totalmente cerrados para protegerse del sol, una opción intermedia con los parasoles delante de la fachada pero “abiertos” permitiendo ingreso de luz y algo de vistas y la opción extrema de correr la totalidad de los parasoles para permitir el ingreso total de luz sol y vistas. Una solución que hoy en día con el avance tecnológico de los automatismos podría realizarse con domótica sin ningún problema, programando en qué situaciones la piel debe abrirse, cerrarse, o permearse según los requerimientos del espacio físico.

Seguiremos recorriendo la ciudad en la búsqueda de más ejemplos de arquitectura bioclimática, en definitiva, de buena arquitectura.

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