El centro de Seattle estalla de color gracias al talento de Dale Chihuly, un escultor del vidrio, de las transparencias y dimensiones para todos los sentidos.
Chihuly Garden and Glass es una muestra de larga permanencia. Fue inaugurada en el Space Needle Seattle Center en 2012 y estará abierta hasta fines de 2016. La exposición abarca las ocho galerías del lugar, el invernadero central y el exuberante jardín. Vale la pena dar un vistazo a la inspiración de este artista, apreciar cómo toneladas de vidrio cobran las formas de la naturaleza en canteros y senderos, conviviendo de igual a igual con flores, plantas y árboles. El criterio y la fusión de colores de los objetos de vidrio, ya sean colgantes, clavados en la tierra o erguidos tipo tótem, es tan agradable a la vista como explosiva en el sentido de la percepción. El ritmo que plantea cada instalación y el diseño del conjunto de las mismas acompasan en el entorno, siempre abierto y a gran escala. La impronta de estas esculturas celebra el espacio, tornándolo magnífico en su combinación con una perfecta arquitectura, incluso a veces reproduciendo un cantero totalmente en vidrio sobre una plataforma interior.
“Enseño a los niños que pueden usar cualquier color, cualquier tamaño de papel, trabajar de la manera que quieren, sin límites ni reglas”, Dale Chihuly.
Nacido en 1941 en Tacoma, Dale Chihuly se introdujo en el arte del vidrio mientras estudiaba diseño de interiores en la Universidad de Washington. En 1965, después de graduarse, continuó sus estudios en la Escuela de Rhode Island del Diseño (RISD), donde más tarde se estableció el trabajo en vidrio como materia. Allí enseñó durante más de una década. En 1968, becado por la Fundación Fulbright, comenzó a trabajar en la fábrica de vidrio Venini, en Venecia. Allí investigó sobre el soplado, una técnica que echó raíces y lo acompañó el resto de su carrera. En 1971, cofundó la Chihuly Glass School Pilchuck, en el Estado de Washington, con la que alcanzó un prestigio internacional como vanguardista en el arte del vidrio. Su obra integra más de 200 colecciones de museos de todo el mundo. Ha recibido numerosos premios, entre ellos doce doctorados Honoris Causa y dos becas de la Fundación Nacional para las Artes.
Chihuly, que a sus 74 años de edad solo conserva la vista en uno de sus ojos, sostiene pese a esta dificultad largas jornadas en su taller de soplado, donde experimenta en forma permanente con volúmenes y colorimetrías. Ha creado más de una docena de famosas series de obras, entre ellas: Cylinders and Baskets en la década del 70’, Seaforms, Macchia, Venetians y Persians en la década del 80’; Niijima Floats & Lights en los 90’, y Fiori, en el año 2000. En 1986 fue honrado en una exposición individual, Dale Chihuly objets de verre en el Musée des Arts Décoratifs, en el Louvre de París. En 1995, desarrolló la muestra Chihuly over Venice, para la que creó esculturas en fábricas de vidrio de Finlandia, Irlanda y México, instalándolas luego en los canales y plazas de Venecia. En 1999 llevó a cabo una ambiciosa exposición, Chihuly in the Ligth of Jerusalén, logrando que más de un millón de personas se acercaran a la Torre Museo de David para apreciar su arte. En 2001, el Victoria & Albert Museum de Londres curó su exposición Chihuly en el V&A. Todas magníficas instalaciones. Por otra parte, la fascinación de Chihuly por los invernaderos ha dado como resultado una serie de exposiciones en entornos botánicos de diversas ciudades, cuidadosamente seleccionadas por el artista. Su Ciclo Jardín comenzó en 2001 en el Conservatorio Garfield Park, en Chicago, y continuó en el Real Jardín Botánico de Kew, en las afueras de Londres, en 2005. Otros lugares de exposición fueron el Museo de Young en San Francisco, en 2008, el Museo de Bellas Artes de Boston, en 2011, y el Museo de Bellas Artes de Montreal, en 2013.
El invernadero es la pieza central de la exposición, una estructura de 12 metros de altura en vidrio y acero que cubre un gran espacio impregnado totalmente de luz. La instalación en el invernadero es una larga escultura expandida de 30 metros de largo plasmada en paletas de rojos, naranjas, amarillos y ámbar. Realizado a partir de varios elementos individuales, es una de las mayores esculturas suspendidas realizadas por Chihuly a lo largo de su carrera. La obra genera diferentes sensaciones a través de la luz natural que impregna cada centímetro cuadrado. Un maravilloso espectáculo ofrece allí la caída del sol, haciendo posible contemplar el desvanecimiento del día, apagado por la noche, a través de esta increíble pieza.
El jardín, anclado por cuatro esculturas monumentales, ofrece una oportunidad para el descubrimiento y la sorpresa. Un telón de fondo extremadamente rico para el arte está dado por senderos camelias carmesí, escarlatas, azucenas, cornejos, fucsias resistentes y árboles pañuelo entre otros. En el centro del paisaje, con el ícono de Seattle detrás, el Sol, sobre una cama de hierba mondo negro, destella en puntiagudas piezas naranjas y amarillas.
