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Reciclar hasta el último rincón

Reciclar sin miedo, en todas las dimensiones, con audacia y sentido del detalle, sin dejar rincón ni centímetro cuadrado de superficie por intervenir. Este es el resultado.

El reciclaje de esta casa pone al descubierto el trabajo de dos jóvenes diseñadoras, egresadas de Universidad ORT que forman el Estudio 1601- Diseño y Arquitectura. Una de ellas es a su vez arquitecta graduada en la Universidad de la República (UdelaR), y su socia estudió arte y fotografía en la Escuela de Arte de Berkeley, California. Como socias dirigen un equipo que complementan proveedores y otros profesionales, con la habilidad innata para intervenir en el todo, así plasman más que una mera ubicación de mobiliario, el proyecto de interiorismo mismo es el gran triunfador.

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La Casa 601 es una vivienda unifamiliar ubicada en Punta Carretas. El proyecto, que abarcó diseño y arquitectura, eliminó un desnivel existente. Esto provocó un gran cambio, ya que el living y el comedor dejaron de estar separados, dejando como resultado un solo ambiente, integrado con gran comodidad. Se reformó la estufa a leña existente, convirtiéndola en una más cálida y moderna.

“Unimos dos disciplinas que siempre deben complementarse: Arquitectura y Diseño”, afirman las diseñadoras.

En la planta alta de la casa encontramos el área privada, que cuenta con tres habitaciones. El dormitorio principal fue empapelado con una textura que simula madera y se incorporó una pared negra para resaltar y dar carácter al ambiente. Aquí también se incluyó una lámpara de hierro y cuerdas que ayudó a reducir la visual del espacio. Lino, algodón y panas fueron las telas elegidas para aportar calidez y confort.

En el segundo dormitorio, diseñado para una adolescente, se fusionaron varios estilos, con toques románticos, retro y modernos. Las rayas pintadas del cielorraso no sólo evocan el espíritu circense que Josefina buscaba, sino que dan escala a un espacio de techos muy altos.

Se buscó que cada dormitorio tuviera su propio estilo sin desentonar con el diseño general de la casa. Siguiendo esta línea, el cuarto diseñado para la hija menor cuenta con una gran lámpara colgante en forma de jaula abierta con pájaros y mariposas en el exterior, protagonista del espacio. La cama simula un sillón y deja mucho espacio para el juego. Los colores pastel fueron combinados para transmitir armonía, con toques fuertes pensados para estimular a la niña.

El reciclaje del baño ubicado en la planta baja fue total. El punto de partida fue protagonizar el diseño del techo, a diferencia de lo tradicional de dibujar el piso con determinada composición. Se utilizó cemento lustrado artesanal sellado con laca y porcelanato rectificado, que imita antiguos mosaicos calcáreos. El blanco de los artefactos, el cromado de la grifería y la mampara de vidrio aportan un toque moderno al proyecto. Luminarias de pared metálicas de aspecto antiguo acompañan el gran espejo sobre la mesada. Para dar continuidad al revestimiento de mosaicos, se colocó una mampara de vidrio imperceptible, sin herrajes ni marcos.

www.estudio1601.com

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