La obra de Florencia Capdepón estalla en un sorprendente colorido, que no duda en mezclar la geometría con el acrílico a través de una gran determinación, y también de la emoción que aún mantiene viva luego de haberse topado con la obra de Wassily Kandinsky.
La artista uruguaya está radicada en Punta del Este, base desde la que ha estado presente en diferentes exposiciones y muestras colectivas. Su trabajo, que tuvo un paréntesis entre 2004 y 2011, se centra en la pintura que la viene acompañando ya de niña, con una impronta tan personal como revindicadora de Kandinsky: uno de los precursores de la abstracción. Fue alumna del Maestro Guillermo Fernández, orientada al arte abstracto, a las líneas rectas y a la geometría. Encontró esta faceta en su época liceal, cuando hacía cómics e historietas infantiles, en los cuales incluía personajes muy divertidos y sarcásticos, ahí nacen sus clásicas «gordas», que luego fueron evolucionando hasta la abstracción total, incursionando otros entornos y temáticas, no obstante, blancos & negros alternados con paleta multicolor siempre estuvieron presentes.
Con ella charlamos previo a una de sus últimas muestras, la realizada en Espacio Pausa en el mes de diciembre en Punta del Este, compartimos lo que nos respondía:
¿Cómo comienza tu vínculo con la pintura?
Vengo de una familia de arquitectos, entonces de ahí mi clara influencia por las líneas rectas y el amor por las curvas. Desde chica estuve en contacto con mesa de dibujo, reglas, planos, y todo lo que puedas imaginar.
Mis abuelos tenían una casa muy grande en Montevideo, ubicada en la esquina de Joaquin Núñez y la rambla, en el segundo piso había un estudio imponente donde mi papá y mi tío estudiaron, amaba escaparme a ese lugar.. pasaba horas jugando ahí, tocando todo y robando libros de arquitectura. De chica empecé a pintar dibujos geométricos, y ahí era cuando mi papá me decía «¡que lindo!».
¿A qué atribuís la clara referencia a Kandinsky?
Cuando conocí a Kandinsky lo amé. Fue lo mejor del mundo conocer su obra en la escuela. Desde entonces fui su fan, y a medida que pasaron los años fui estudiando y reconociendo su obra. Cuando viajo siempre busco museos que tengan sus cuadros. Si bien estudié en varios lados fui autodidacta desde siempre, estaba en la escuela y me acostaba a las 5 de la mañana porque me quedaba pintando. Para mí es un estilo y una forma de vida marcada por el hecho de vivir en función de las emociones y al momento.
¿En que consistió tu proceso de formación?
Pinto todos los días, siempre estoy haciendo algo creativo. Mi maestro Guillermo Fernández fue lo máximo, lo mejor que me pasó en la vida, creo que todos los que pasamos por su taller estamos marcados por ese maestro, fue inigualable, único y humilde, porque sabía transmitir todo su conocimiento con amor y respeto. Cuando culminé mi etapa con él no quise ir a ningún lado más, no pude.
Florencia protagonizó en diciembre la muestra «Corneliarte», que fusionó el talento de Sudamérica representado por Chile, Uruguay y Argentina.
El acrílico es su mundo y la geometría su más lineal refugio. La paleta intensa alternada con llenos, líneas y puntos negros sumerge a quien observa su obra al deleite de estar viendo resurgir el abordaje artístico de Kandinsky, pintor de origen ruso que posteriormente se nacionalizara alemán y luego francés, pilar fundamental de la disciplina artística de la Bauhaus, a la que fuera citado personalmente por Walter Gropius su fundador para llevar adelante esa área.
Kandinsky fue el gran teórico del arte abstracto, es decir, el arte en el cual la representación del objeto es secundaria, la belleza del arte reside en la riqueza cromática y la simplificación formal. Es la representación de lo esencial del arte, y no solo la intención de imitar cualquier objeto de la naturaleza. Así es que Florencia tomó esta mirada del padre del arte abstracto, y así reinterpreta sus círculos atravesados por triángulos, y las líneas negras agrupadas junto a vivos colores. A veces la paleta determina la forma o al revés, otras veces son definiciones multicolores. En definitiva todas derraman en el lienzo formas tan simples como atractivas en su conjunto. En particular, algunas series como las «Del mar» reproducen peces y cangrejos con una fuerza y movimiento únicos en esta naturaleza expresiva.
Una artista uruguaya que regala espectáculos de vitalidad donde sus obras se encuentren.
