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Jardines VIVENCIALES

Con la supervisión del paisajista uruguayo Fernando Bianco en el marco de los seminarios internacionales que imparte en la Escuela de Jardinería del Sur con sede en Montevideo, un grupo de alumnos y amantes de la jardinería residencial, recorrieron diez jardines en tres días en los alrededores de Pilar, Buenos Aires. Lejos de un simple recorrido, estos alumnos contaron con la particularidad de haber sido guiados por los propios diseñadores responsables de los paisajes proyectados y ya con un tiempo de evolución en torno al marco natural donde se insertan. Todo esto permitió apreciar la madurez de un jardín, algo muy reconfortante ya que se visualiza exactamente lo plasmado en la etapa de diseño. Los recorridos incluyeron jardines de variado tipo y porte, en chacras, estancias, huertas y barrios privados. Compartimos a continuación dos jardines de las paisajistas Inés Stewart y Cecilia Murray, cuyo estudio se caracteriza por diseñar la habitabilidad de los espacios exteriores, para que el jardín pueda experimentarse tan vivencialmente como el living de la casa que le da sentido.

Esta dupla de licenciadas en diseño de paisajes ha dado un paso más en lo que refiere a proyectos de jardinería propiamente dichos. Se han embarcado en complementar las propuestas con elementos ornamentales que sin dudas son los que terminan de cerrar la vivencia y momentos de estancia en un espacio verde. Sus jardines vivenciales apuntan a encontrar al usuario y a enamorar al propietario cada día que los transitan y cuidan, a través de mobiliario, accesorios, iluminación, esculturas, ornamentos y pavimentos entre otros materiales especialmente seleccionados y concebidos para cada espacio verde.

 

 

Lugares de estar y fogones son característicos de sus obras. Lo paisajistas recurren con bastante frecuencia al hierro y a la piedra, y en general la sustentabilidad está presente en todas sus propuestas de bajo mantenimiento, en las cuales hoy tanto se piensa a la hora de tomar la decisión de abarcar grandes o pequeñas extensiones verdes. En sus jardines lo que importa es sentir el pasto en la caminata, que los chicos corran descalzos, disfrutar del picnic o que la charla bajo una luna llena sea en torno a un cómodo fogón. El recorrido por las galerías, las pérgolas, las ensenadas, los cobertizos, la lectura bajo una sombra, la reunión, el festejo, el brindis: todo tiene un encanto especial con la naturaleza como anfitriona, y fueron experiencias captadas en la recorrida organizada por la Escuela de Jardinería del Sur, en su formato de seminarios del paisaje en la región.

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