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Cambios y más CAMBIOS

Un preciso bisturí renovó los interiores de una casa que rememora el tradicional cotagge o casa de campo de la campiña europea, pero en Montevideo.

Hacer de una casa un hogar para la familia es una verdadera experiencia de vida; pero nada de eso se compara con la aventura de abordar la decoración de una casa, y en medio del proceso, mudarse a otra más grande. Esto le sucedió a una joven pareja cuando su familia comenzó a crecer. Surgió la posibilidad de este cambio mayúsculo en momentos que ya los muebles estaban en manos de carpinteros y tapiceros, puntadas en los textiles y dibujos plasmados en el papel bajo la autoría de Belén Arcos Pérez. Sí, podemos imaginar que la adrenalina llegó a límites desconocidos para la diseñadora. La orden que recibió fue ¡paren rotativas!, al tiempo que se embarcaba junto a los propietarios a proyectar, con más entusiasmo aún, nuevos interiores en una nueva casa, ubicada en Jardines de Carrasco, pero con la base del estilo definido para la propuesta anterior.
Cuando se planifica meticulosamente un proyecto de interiores, proveedores y subcontratos alternan tiempos de taller e imprevistos de obra, casi como una suerte de engranaje bajo la mirada del profesional a cargo.


La reforma de esta casa, que llevó 6 meses en total, se realizó en paralelo a que los flamantes dueños se aggiornaran a ella e incluso los tres últimos meses vivieron allí. Llave en mano, casi que al abrir la puerta por primera vez, la decoración estaba silenciosamente “en marcha”.  Para materializarla hubo que intervenir en ambas plantas de la casa, sectores comunes, de servicio y extensiones hacia el jardín; así se logró dejarla a punto de los gustos, las necesidades y los aromas propios de un cálido confort muy vivible.

 

Exteriormente se visualiza una estética que de alguna forma adelanta lo que encontramos dentro. Un hall, que no es mera circulación, recibe y establece una correcta distribución de espacios. “Me encantó trabajar con esta planta y potenciarla en base al cambio drástico de intervenir absolutamente todas las terminaciones, incluso desde la albañilería,
revestimientos y la concepción espacial de algunos espacios que prácticamente acondicionamos de cero”, explica Belén recordando el proceso. Ella dirige el departamento de diseño de interiores de De Arcos Home & Deco (en Carrasco), desde el cual se realizó el anteproyecto de los espacios, la ejecución de las obras y se proyectó a medida gran parte del mobiliario. A este se sumaron muebles y accesorios de ésta y otras firmas de decoración uruguayas.

El recibidor remarca la paleta de colores que se refleja en el mobiliario. Tres luminarias arman una composición que fusiona diferentes estilos (de De Arcos) sobre dos mesas de apoyo de la misma firma. Desde allí y a través de un vidrio fijo se contacta visualmente hasta el jardín, sector que también se reformuló junto a la galería existente.

Cortinas de lino velan los ventanales con perfilería blanca que continúa el lenguaje de las mochetas y detalles de fachada, y donde la impronta de “campiña” estuvo determinada por la división de los grandes vidrios en cuadrantes, realizados en el mismo material que la ventana.

 

Puertas corredizas embutidas en la doble pared separan el sector de uso diario del formal. Allí la estufa a leña es el alma estética de la casa. Un falso frente fue revestido en rafia laqueada con cantos en perfilería de hierro (con lana de roca para aislar bien el calor) dándole magnitud y recomponiendo la altura de este espacio con cerchas y tirantería de
madera existente. A ambos lados, se ubican importantes bibliotecas con estantes en madera de Fresno laqueado en gris plomo, casi negro, todo realizado a medida por De Arcos.

En un sector del living se realizó un entrepiso con estructura de hierro reticulado y vidrio; sobre él se proyecta un escritorio, y debajo, la zona del bar quedó conformada por una barra de madera de Roble con tapa de mármol (de Aníbal Abbate), y banquetas con
asientos de cuero (de Masinfinito). Las alfombras son en yute, en color beige y negro, y con diseños en zig zag (de Las Hounie).

Lo sustancial de la planta baja desde el punto de vista funcional fue reorganizar los espacios para generar un playroom, además de reformular la cocina y el toilette. En la planta alta, por otra parte, hubo que redimensionar los amplios dormitorios existentes conectándolos con vestidores y baños en suite. La obra contempló el reacondicionamiento de la instalación eléctrica general, todos los pisos, los trabajos de
pintura en toda la casa y demás acabados donde la creatividad dio rienda suelta en varios sectores de la planta. Los sillones de cuero -con medidas y diseño que contempló las circulaciones en este gran espaciose organizan en torno a dos mesas con tapa en mármol de Carrara y (de Anibal Abbate) y patas de Roble.

Mullidos y texturados. En los sillones los almohadones son generosos en cantidad y tamaño, así como en la mezcla de sus texturas: de piel, lana, lino, cuero y potro, con detalles de pespuntes y flecos entre otros hilados naturales.

Estar y comedor diario comparten área. Contra la escalera se realizó una celosía de piso a techo en madera de Fresno pintada de gris bizón y retroiluminada con LED, que no solo hace las veces de baranda y protección para los más pequeños de la casa, sino que otorga la calidez esperada en un espacio de uso diario. Además del cuadro de Diego Donner, pinturas de Flavia Fernández, Mirlo Zorrilla y Sergio Aiello se suceden en toda la planta baja.

La diagonal también dijo presente. Para dar solución a la tv y estufa en una esquina del estar diario, se proyectó un mueble en esquina, con gruesos estantes y de color blanco, que generó profundidad para el guardado y contener todo lo fácilmente acumulable del “home day”, además de acercarlo a la vivencia del estar.

 

Para unificar y optimizar el espacio, la mesa del comedor se unió al estar con una excelente solución: un sillón en L y otro de tres cuerpos color gris, que era de ellos y se retapizó, fueron colocados enfrentando sus espaldas. Completan el comedor una mesa ovalada (de De Arcos) y sillas con raya Merci a medida (confeccionadas por Las Hounie). La
mesa central del estar es de una madera dura súper noble sobre patas de hierro, perteneciente a una de las primeras colecciones de De Arcos, marca pionera en este tipo de diseños.

 

A pesar de que el playroom es un gran desahogo, los niños revolotean felices en todos los espacios. Todo está permitido con un ritmo relajado en todos los rincones de este contagge montevideano.

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