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De la tradición a la innovación
ESTUDIO BUTLER ZAMBRANO ARQUITECTOS

Fotos | Nicolás DI TRÁPANI | Sabrina ORR

 

El estudio Butler Zambrano Arquitectos, con una trayectoria de 14 años, ha encontrado en la arquitectura residencial de Uruguay un lugar destacado para posicionarse. Inicialmente, cuando eran estudiantes de diferentes generaciones, Baltasar Butler, Rodrigo Zambrano y Lucía Scandroglio tuvieron el impulso de emprender un camino juntos y se independizaron de los estudios donde cada uno trabajaba: “tirarnos al agua estaba latente y encontrar un lugar donde instalarnos fue el puntapie inicial, así nació el estudio en el 2006”. Poco tiempo después, Scandroglio tomaría otro rumbo y la sociedad se reformuló hacia un nuevo escenario bajo la dirección de Butler y Zambrano.

Ambos iniciaron sus estudios en la Facultad de Arquitectura (hoy FADU-UdelaR) y finalmente egresaron de la Universidad ORT Uruguay. Actualmente el estudio, con sede en Carrasco, cuenta con la colaboración de las arquitectas Maria José Echeverría y Lucía Figueredo. A lo largo y ancho del país primero se sucedieron casas en chacras y cascos situados en el campo o en la costa balnearia y luego llegaron las obras de vivenda particular en los barrios privados de Montevideo y Canelones. Charlamos con ellos, les preguntamos cómo desde su quehacer en la arquitectura acompañaron esta transición social y coyuntural, la evolución de los requerimentos del núcleo familiar, y cómo los sistemas constructivos -que constantemente se introducen en el mercado- comparten terreno con las técnicas más tradicionales.

Los arquitectos Baltasar Butler y Rodrigo Zambrano abarcan todo el proceso de una solicitud concreta: desde el anteproyecto, el proyecto ejecutivo, presupuestación, dirección y administración de la obra, interviniendo desde el asesoramiento del predio hasta los elementos que conforman el más detallado proyecto de interiorismo.
Consideran que la búsqueda de la arquitectura va más allá de las tendencias estéticas, cuya incidencia afecta al paisaje y directamente la calidad de vida del habitante. Es por eso que ejercen una “arquitectura persona a persona”, según lo conceptualizan, pero incursionando a su vez en el desarrollo de emprendimientos inmobiliarios, donde el inversor reemplaza al habitante en el encargo, pero no en el resultado final.
También el diseño comercial está presente en su portfolio con proyectos comerciales, gastronómicos, hoteleros y de inversión. No obstante el desarrollo de su know how se centra actualmente en el diseño residencial y el corporativo, este último con una mirada focalizada en que la identidad empresarial pueda asociarse a la concepción de espacios con características residenciales. En esta nota desarrollamos sus más destacadas y recientes obras en estas áreas.

Foto Chino PAZOS

“La continua exploración nos hace crecer como profesionales. Nuestra evolución es parte del trabajo diario, de la experiencia que otorga la cantidad y versatilidad de proyectos, sus líneas de diseño, ubicaciones y los propios intereses de cada cliente, con la mirada constante del edificio en el paisaje.”

 

¿Cómo fueron los comienzos como socios?
Comenzamos juntos la búsqueda de los primeros trabajos en la familia, con amigos y conocidos, nos presentábamos y les contábamos en que estábamos, de a poco fueron surgiendo cosas, hasta que un día nos dimos cuenta que estábamos rodando. En los casi 15 años que trabajamos en equipo ha pasado de todo, vivimos épocas movidas y otras no tanto, pero siempre apostamos al estudio y a crecer profesionalmente. En las buenas y en las crisis, la unión, el compromiso y los objetivos se han mantenido, incluso la forma de complementarnos ha estado vigente en el tiempo. En etapas más tranquilas de actividad es cuando uno tiene que potenciar la creatividad, y ahí es donde aplicamos cambios en la forma de trabajar. Por ejemplo, concretamos nuevos formatos incorporando el servicio de gerenciamento de obras entre otras tareas, y también implementamos recursos humanos cuando nos tocó crecer para encarar proyectos de mayor escala armando equipos de trabajo específicos con profesionales externos al estudio, que en varios casos continuaron trabajando de forma permanente.

¿Cómo se dio la transición entre los primeros encargos residenciales y los más recientes en los barrios privados?
La realidad es que nosotros no elegimos los trabajos, los trabajos nos eligieron a nosotros. De alguna manera, al habernos vinculado estrechamente con el programa residencial, fuimos perfeccionando e investigando más y más en ellos. Si hubiese surgido otro programa en los inicios capaz hoy estábamos especializados en algún otro tipo de destino, pero la vivienda unipersonal y las oficinas acaparan la mayor parte de nuestros trabajos, siempre abiertos y con expectativas a nuevos desafíos.

La transición radicó en pasar de proyectar en predios ilimitados a tener que regirnos por retiros, normativas municipales y otras restricciones propias de cada urbanización, que “condicionan” aspectos del proyecto como la implantación, la orientación o los accesos, por solo citar algunos puntos. Funcionalmente también los programas son muy distintos. Una residencia en el campo o chacra es una segunda casa, mientras que en los barrios y urbanizaciones más próximas a Montevideo hay que cumplir con las necesidades de una casa para todos los días, que debe funcionar y adaptarse a la rutina de una familia conformada de determinada forma. En base a estas diferencias es que proyectamos.

 

Ascendencia nórdica

En las Oficinas GZ los arquitectos tuvieron carta libre. Fue enteramente una propuesta del estudio, escenario óptimo para estos proyectistas enfocados en transitar tradición e innovación por caminos sostenibles técnica, profesional y empresarialmente hablando. La apuesta para la nueva sede de una empresa vinculada a los negocios rurales respetó sus funciones originales y creó una nueva imagen en línea con los 29 años de prestigio y jerarquía del grupo de negocios.

Los arquitectos cuentan algunas peculiaridades de esta obra ejecutada en 2018 y ubicada en el cruce de Rivera y Nariño: “la elección del terreno en un barrio jardín como es esta zona de Carrasco supuso grandes desafíos. Por un lado, elegir un antiguo chalet para intervenir, entre tantas casas vacías que en ese momento se ofrecían; por otro, el traslado de la empresa y con ella de sus empleados, todos con distintas expectativas, y a quienes mantuvimos informados del proceso para que fuera progresivo y haciéndolos sentir partícipes del cambio”.

Hubo un antes y un después, un planteo firme y un resultado muy satisfactorio en relación a las antiguas oficinas donde la empresa se ubicaba. “Tenían espacios de trabajo en su mayoría sin ventanas, y sin verde que mirar por las pocas aberturas existentes. Mejorar esto fue el principal objetivo e intención proyectual”, apunta Zambrano. Los
resultados están a la vista y no se necesitan palabras para describir este inmejorable entorno laboral, “más allá de la volumetría que nos importaba mucho ya que debía “camuflarse” en un barrio jardín, queríamos lograr una imagen moderna sin resignar la tradición de la empresa ni del barrio. Con las materialidades utilizadas buscamos representar la actividad de la empresa que es el campo y sus servicios derivados”, agrega el arquitecto, considerando el aprovechamiento al máximo de la iluminación natural, complementada con el proyecto lumínico, además de sistemas de informática y telefonía integrados con control de acceso y seguridad monitoreada.

“La realidad es que partimos de la funcionalidad, como siempre hacemos. El edificio puede ser muy agradable y estar muy bien integrado al lugar, pero si funcionalmente no satisface los requerimientos del usuario/cliente el trabajo carece de sentido”, explica Butler, parte de una dupla consciente en la capacidad de transformar un lugar, y que en este caso contó con la exitosa alianza de Carolina Aguiar, experta decoradora y anticuaria. “Formar equipo se vio reflejado en los resultados finales”, agrega.

 

¿Qué reflexión les merece el concepto del habitar durante los últimos diez años? ¿Qué proceso abarca vuestra forma de trabajar?
El refrán que dice “cada casa es un mundo” aplica perfecto como respuesta. Todos encontramos alguna similitud a nuestros pares en algún punto, pero dentro de nuestra casa se desvanece cualquier coincidencia. Si bien parece que dentro de un mismo estrato social las costumbres son similares, en todas hay detalles que las diferencian y no
sería correcto generalizar.

Cada familia habita de forma distinta. Quienes comienzan a construirla ni siquiera saben cómo les gustaría habitar su hogar, se van adaptando y descubriendo sus preferencias en el camino. La forma en que lo hacemos es muy cambiante y difícilmente dure muchos años. Las familias evolucionan, se agrandan, se achican, aparece la tecnología, las tendencias, etc. Todo afecta el interior de nuestra vivienda y el modo de habitarla, y nuestro trabajo con los clientes es decodificar esas preferencias, determinar los hábitos, mostrarles cómo pueden llegar a crecer (o sectorizar) sus espacios, y guiarlos para que estén preparados para adaptarse fácilmente a la evolución familiar.

 

¿Desde qué óptica investigan los nuevos procesos constructivos?
Creemos que la inquietud está constantemente presente, más hoy que continuamente aparecen nuevos insumos, elementos y materiales.
Permanentemente nos interiorizamos de lo nuevo, de lo contemporáneo, pero sin dejar de lado los elementos tradicionales, los cuales buscamos usar de formas distintas para generar nuevas sensaciones.
La realidad es que no todos los sistemas se pueden aplicar a cualquier proyecto, hay veces que se deben reformular para poder aplicar eficientemente un determinado sistema. Es un tema que se va conversando durante el transcurso del proyecto, y que cuanto antes se considere mejor.

Por lo general, la ansiedad de los clientes hace que prefieran ver planos y después profundizar sobre procesos constructivos. Evidentemente el paso de las generaciones marca distintos matices en la forma de vivir.
La tecnología es un elemento que instauró cambios sustanciales en estos últimos 10 años automatizando muchos elementos que componen una casa, así como también avances en los métodos constructivos, materiales y forma de concebir los ambientes. Más allá de estilos y modas, que es algo que cambia constantemente en todo ámbito, hay actualizaciones que los clientes deciden tomar o no, como por ejemplo el integrar los ambientes, tanto interiores entre sí como con el exterior. También los grandes paños vidriados, la optimización de la iluminación y la climatización de los ambientes inciden directamente en la mejora en la eficiencia energética.

Pisos neutros y continuos. En todos los espacios destacan alfombras de cuero y persas. Las bibliotecas y escritorios fueron diseñados a medida por el equipo de diseño, que buscó elementos decorativos antiguos para dar rusticidad e identificación con la actividad de la empresa.

 

¿En qué áreas profesionales radica la mayor fortaleza del estudio actualmente?
En el asesoramiento integral desde la elección del terreno según su ubicación y orientación geográfica hasta la definición de las terminaciones más finas del interior de los ambientes y del entorno circundante. Un área que hemos perfeccionado es la incorporación del interiorismo y el paisajismo a los proyectos arquitectónicos, para lograr un resultado más acabado desde su concepción, de esta forma se lee como un proyecto homogéneo, un todo con mayor sentido.

A diferencia del diseño residencial ¿qué parámetro se intenta transmitir en el abordaje espacial de un proyecto corporativo?
La funcionalidad es escencial para un proyecto corporativo, pero el desafío es conseguir que al mismo tiempo sea un espacio que represente a la empresa comitente. O sea, a través de la definición de los espacios estimular a quienes allí trabajan y otorgar al resto de los usuarios la impresión desdeada, obedeciendo parámetros institucionales de cada entidad.

Entre el sello propio del estudio y el diseño a medida del cliente ¿hay un punto medio con el cual prefieren identificarse?
Al igual que los proyectos nos eligen a nosotros, nosotros elegimos no tener un lenguaje único. Sí tenemos preferencias personales por determinados materiales, formas y estilos, pero no nos gusta asociarnos a ninguno en particular. Nuestra vocación es brindar las soluciones proyectuales, funcionales y estéticas que los clientes requieren. Obviamente nos sentimos mejor cuando nos dan libertad para diseñar, proyectar y ejecutar una obra totalmente a nuestro criterio, y creemos que así llegamos a los mejores resultados.

 

 

Cómo se fusionan como dupla creativa y ejecutiva?
Como dupla nos complementamos y apoyamos en etapas puntuales del proyecto, no en todo el proceso. En nuestro abordaje “arquitectura persona a persona”, creemos fundamental que uno de los dos dirija el proyecto de principio a fin, para no perder información y conceptos que se van manejando a lo largo de todo el proceso. Hemos detectado que el cliente se siente mas cómodo y tranquilo tratando con una misma persona, y en la medida que podemos lo hacemos. Cuando el proyecto pasa a obra es donde más nos complementamos, separando roles, la dirección de la administración de la obra.

Que un proyecto materializado colme las expectativas de un cliente es el reto más grande. En su transcurso, lograr que se entiendan por ejemplo, las dimensiones y espacialidades expresadas en los dibujos es más difícil de lo que uno piensa, a pesar de las herramientas 3d y las maquetas que colaboran con la visualización. Pero nada se compara con verlo realizado, y todo ese proceso es el que nos genera tanta pasión como ansiedad, y claramente un vértigo indescriptible en la recta final.

 

Las alianzas con otros estudios o profesionales han sido recurrentes en vuestra línea de tiempo ¿a qué responde esta apertura?
Se dio en distintas circunstancias y todas fueron muy enriquecedoras. Por diferentes razones, en unos casos con colegas extranjeros -con quienes colaboramos como socios locales debido a la escala del proyecto o la falta de experiencia- y en otros, por solicitudes puntuales de los clientes, ya sea por afinidades con otros profesionales o por el deseo de formar un equipo específico para su proyecto. Siempre las alianzas son buenos aportes, te abre la cabeza, enseña a amalgamar ideas, a tener que debatir y complementarse al mismo tiempo. Sabemos que es difícil en estos tiempos abarcar todo un proyecto, principalmente por el escaso tiempo con el que a veces cuentan los clientes, por eso formar equipos a medida de cada obra con otros diseñadores, interioristas y paisajistas nos hace trabajar muy cómodos.

 

¿Cómo la concepción edificio-paisaje convive en relación a las necesidades de la identidad corporativa o de prestar servicio a terceros?
A medida que pasan los proyectos y crecemos en experiencia como arquitectos entendimos la importancia del paisaje y el diseño interior, asi como lo meramente arquitectónico. En los comienzos, recién salidos de facultad, nos centrábamos en la volumetría y el estilo, dejando en un segundo plano otros aspectos como el paisajismo y el relacionamiento con su entorno, aspectos que ahora, al analizar proyectos terminados y compararlos con anteriores, vemos que son los que más aceptación han tenido por parte de los usuarios finales.

Creemos que los espacios exteriores bien diseñados y desarrollados, o la correcta incorporación en el paisaje natural le da un plus insustituible a los proyectos. Puede haber clientes que no lo perciban en el planteo inicial, pero una vez ejecutado comprenden el potencial de haber abordado el proyecto en su totalidad.



“Nuestra impronta va más por las materialidades, creemos en los materiales que nos hacen sentir cómodos, por su textura, por lo que transmiten, por la calidez en unos, o la nobleza en otros”. No conformes solamente con entregar obras, han afianzado una serie de recursos estético-constructivos que saben que funcionan, los han profundizado y sin imponerlos, los ponen a disposición de los gustos de sus comitentes. En las Oficinas GZ pudieron desplegar muchos de ellos y no se equivocaron.

 

Solanas de Portezuelo (Maldonado)

Algunos de sus proyectos han sido nominados en medios extranjeros como “Mejor obra 2020” en rubro oficinas de Latinoamérica (en plataforma de arquitectura internacional Archdaily). Otros publicados en libros en Argentina como “Arquitectura en Clubes de campo” (de Tejo Ediciones) o medios nacionales como la publicación “Casas en nuevas urbanizaciones” (de AyD Ediciones).
Butler Zambrano Arquitectos es un estudio que al mirar atrás encuentra una trayectoria sostenida y referente en el mercado uruguayo, especialmente dentro de los jóvenes equipos de arquitectura con cientos de metros cuadrados construidos. Distintos encargos de clientes variados, en lo generacional y en lo cultural, y también con objetivos y expectativas diversas, los retroalimenta a la actualización constante, al ida y vuelta entre diseño y funcionalidad, estudiando casos más allá del entorno físico en el que ejercen y se desempeñan.
En constante búsqueda del equilibrio entre la tradición y la innovación llegan a soluciones creativas donde el diseño y la construcción relatan una simbiosis perfecta. ■

www.butlerzambrano.com

 

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