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El COLOR ante los ojos de Blaj

Laura Blaj tiene 45 años, es mamá de dos niños, licenciada en Administración de empresas y amante del Sol. Su crianza transcurrió en una casa en donde el arte era un pilar, por lo cual continuó siendo fundamental en su vida. Desde muy niña acompañaba a su madre (seguidora de la obra de Águeda Dicancro y Joaquín Torres García) a recorrer distintas galerías y ateliers de un variado repertorio de artistas. Con esta conexión cultural, visitar museos era un paseo obligado en su familia, lo que seguramente caló hondo, en la comprensión primero e interpretación después, de la representación plástica de Blaj.

Su familia era compradora de obras de arte, tanto para engalanar su hogar como para regalar a familiares y amigos cercanos. Ya en la escuela, en lugar de hacer los clásicos garabatos infantiles, realizaba ojos chiquitos en cuadernos y papeles, o era común verla pintar ojos a lápiz.

Desde hace cinco años, en la búsqueda por dar con un pasatiempo que la llene, tuvo la dicha de cruzarse con su actual profesora, la artista venezolana-uruguaya Lía Dos Reis, con quien inició su viaje a esta aventura de la pintura como escala artística, en donde encontró la paz que buscaba «experimentando un estado de flow que es inexplicable», comenta Blaj, en su muestra realizada en el hall de la Torre 3 de World Trade Center en Montevideo, extendida del 9 al 13 de marzo de 2022.

«Lo que más me gusta pintar son ojos, ya que para mi son un todo. En ellos uno entiende a cualquier persona, muestran el alma, dicen todo sin emitir sonido alguno. Muchas veces hago rostros para mostrar cómo quedan las diferentes miradas en un contexto real, dándole forma y lugar a esos ojos. También las alas me dan paz, me brindan el aire de la libertad, donde uno puede volar.. ya que somos infinitos y no tenemos techo. Por otro lado, disfruto realizar abstractos, porque con ellos tengo la posibilidad de dar pinceladas con total libertad y jugar tanto con mi imaginación como la de las personas que los observan», acota refiriéndose a la naturaleza abstracta de algunos de sus cuadros, los cuales tiñen con contrastadas colorimetrías formas y trazos cautivantes, que parecieran haber estado esperando la placentera vibración de la pintura bajo la mirada de Blaj, la mayoría en turquesas azulados, su tonalidad favorita.

Más información: @vibremosarte

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