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Experiencia comunidad
KOPEL SÁNCHEZ ARQUITECTOS

Kopel Sánchez Arquitectos es más que un estudio de arquitectura, es un equipo de desarrollo inmobiliario que se propuso agregar valor al habitar colectivo de forma radical y diferente al común de las opciones de vivienda promovidas en Montevideo. La firma abarca un estudio de arquitectura, una empresa constructora, un departamento de venta y administración y otro ligado a gestión de contenidos y publicidad con la consigna de producir acciones e instancias sociales para el beneficio comunitario. Este equipo de más de 30 profesionales es uno de los estudios jóvenes con mayor crecimiento en los últimos diez años, signado por su forma de trabajar: se trazan objetivos e interrelacionan sus tareas humana y tecnológicamente en forma de red sosteniblemente organizada, gerenciada por sus directores Fabián Kopel y Sebastián Sánchez. Tomando una frase de Norman Foster resumen un pensamiento que no se les aparta ni un minuto “para ser arquitecto tienes que tener dos cosas: ser optimista y curioso”.
Ambos son arquitectos graduados en la Universidad de la República, con títulos MBA en sus haberes. Emprendieron un camino juntos en 2003 a partir de proyectos residenciales de tipo unifamiliar, locales comerciales, estancias y fraccionamientos urbanos, para rápidamente evolucionar hacia la gran escala vinculada a la vivienda colectiva, que se vio complementada por su incursión en el alcance corporativo del Real Estate y el de la ingeniería de obra. Son arquitectos, constructores, desarrolladores y administradores de sus obras, roles que permiten un ida y vuelta entre proyecto y el usuario final. Con más de 15 años de experiencia el estudio Kopel Sánchez lleva 1.500 unidades de vivienda entre construída y proyectada, y más de 200.000 m2 en obras entre viviendas unifamiliares, colectivas y destinos comerciales.

 

Nuestra experiencia de proyectar comunidad ha
tomado vuelo trascendiendo la arquitectura.

 

Además de la sinergia que de forma ininterrumpida caracteriza el trayecto que ambos construyeron, dentro de lo estrictamente  arquitectónico, se complementan abordando por igual las áreas de diseño, constructivo y normativo. Asi desde el primer encargo en el rubro de diseño comercial: los locales de la Óptica Estela Jinchuck, crecieron sostenidamente, visualizando la magnitud de cada proyecto y formando equipos de trabajo para llevarlos a cabo. Recuerda Fabián de los primeros tiempos: “aprovechamos la liquidación de una firma que cerraba, les compramos computadoras y equipamiento y así formamos el primer estudio, donde dibujábamos nuestras carpetas para recibirnos y al mismo tiempo trabajábamos, ya que habían comenzado a surgir los primeros encargos de vivienda en los barrios privados, además de locales comerciales dentro y fuera de los shoppings como Wanama, Home Collection, Óptica Lux y Opticlub, entre otros”.

En 2007, ya enfocados en una verdadera proyección del estudio, se concentran en entender la dinámica del mercado inmobiliario, para poder llevar adelante sus primeros proyectos de vivienda colectiva. Realizaron el primer postgrado en Real Estate Managment (REM) y luego el Máster en Business Administration (MBA), ambos en la Universidad Torcuato di Tella de Buenos Aires. Todo esto les permitió aggiornarse al pujante mercado del Real Estate para luego trazarse el objetivo de conseguir fondos de capital privado para construir edificios de vivienda en altura, así como también proyectos para el sector comercial, loteos y gestión de la tierra.

Ambos son arquitectos multifacéticos que destinan buenas dosis de energía a conectar, gestionar y producir además, eventos o instancias colectivas donde la arquitectura y el diseño complementan acciones de diferente índole, llegando a producir eventos barriales customizados por empresas, como lo fue el Paseo Cambará, sobre esa tradicional calle de Carrasco, cuyo objetivo además del intercambio a nivel social que este tipo de eventos generan, fue volcar los fondos a una intervención urbana en la plaza de Benito Blanco y Vázquez Ledesma (Villa Biarritz).

Ventura 2025 (Brandzen y Joaquín de Salterain)

 

 

¿Cómo se lanzan al desarrollo inmobiliario?
Kopel: El interés comenzó hacia el final de la carrera y se consolida en Buenos Aires donde cursamos los postgrados, aprendimos un montón y nos daban ganas de seguir estudiando, a pesar de la locura de llevar adelante el ritmo intenso del Real Estate Managmento (REM) estando 4 días en Buenos Aires y 3 acá, dirigiendo nuestros proyectos a distancia. Fue muy bueno conocer en profundidad el mercado argentino del Real Estate, sus referentes, profesores que ejercían sus cargos de ministros, incluso a Federico Sturzenegger -economista que fuera director del Banco Central de Argentina- quien me tomó dos años después el último examen del MBA. Pasaron 10 años desde entonces, y el producto que actualmente estamos desarrollando como Comunidad Ventura fue resultado de un proceso que alcanzó la madurez y hoy nos está transformando la forma de proyectar los edificios. Empezamos en el año 2009 con los primeros proyectos, comenzando en 2010 a ejecutar edificios entre medianeras de 30 o 40 unidades bajo la marca Nexus centrados en la franja costera de Pocitos y Malvín con un total de 200 viviendas distribuídas entre Nexus Obligado, Nexus Place Pagola, Nexus Rivera, Nexus Studios, Nexus Rivera II y Nexus Costanera. Durante el 2012 dimos el salto de escala con la aprobación de la Ley de Vivienda Promovida, donde realizamos un cambio radical en las estrategias comerciales, enfocando nuestros recursos en proyectos de interés social, ya que se incentivaba a través de descuentos fiscales la construcción y venta de viviendas en zonas de la ciudad con infraestructura y servicios que estaban fuera del interés de los desarrolladores, y pasan a formar parte del circuito de inversión del capital privado.

Tomamos los proyectos como una inversión,
lo que proyectamos debe responder a la realidad
del mercado, ya que debe asegurar al cliente
un resguardo patrimonial.

 

¿Qué destaca a los edificios Ventura?
Sánchez: Ventura nace como una nueva marca con opciones de viviendas a estrenar en zonas de Montevideo con excelentes infraestructuras y servicios, que hasta el momento habían permanecido al margen. Con el antecedente de los edificios anteriores, entendimos la importancia de resolver una equilibrada ecuación entre aspectos estéticos, funcionales y normativos. Desarrollamos Ventura generando un grupo de inversión
luego de detectar que había mercado para el Cordón, que la incidencia del terreno era más conveniente y que había gente dispuesta a comprar y alquilar, y a diferencia de Pocitos, donde la tierra más cara hacía menos rentable desarrollar ahí. Los primeros fueron Ventura Tres Cruces I (de 100 unidades) y Ventura Rodó (30 unidades). El primero, sobre la calle Monte Caseros, marcó el puntapié de recursos que con el sello Ventura
seguimos desarrollando en los demás.

¿En qué otro parámetro hicieron foco?
Kopel: Además de la escala, empezamos a trabajar la relación entre calle e interior el edificio, cómo se integran los corazones de manzana a la vía pública y el vínculo de la vida privada del mismo con el uso público; nos interesaba desdibujar ese límite. Para materializar esto Ventura Tres Cruces integró una serie de locales comerciales a la vereda, ensanchando el uso público del jardín del edificio a la visión de la calle, y con la misma estética en uno de ellos se remata con una cascada en el fondo del edificio con el retiro incorporado. Fue algo similar a lo que en 2008 ya habíamos impulsado en la calle Cambará, donde se encuentra nuestro estudio: convencimos a los vecinos de eliminar los retiros sobre la vereda para favorecer al peatón con un paseo, y de esta forma, revalorizar los locales comerciales. Es justamente acá donde comienza nuestra preocupación por el vínculo con lo público, y en especial, el rol de las plazas en la trama de Montevideo.

Detectaron la necesidad de vincularse más con el usuario ¿cómo lo lograron?
Sánchez: Ventura marcó nuevos comienzos para nosotros, por ejemplo el abordaje comercial de las unidades, ya que por el volumen que manejamos no alcanzaba con nuestros socios inmobiliarios. Nos valimos de la experiencia y emprendimos un vínculo directo con las necesidades de la gente. Así surgen nuestras propias oficinas de venta, que estuvieron apoyadas por originales piezas publicitarias para fortalecer los canales de comunicación con los futuros usuarios. Amparados en la ley de vivienda de interés social, entre 2013 y 2017 se lanzan Ventura Urquiza y Moreno, Ventura Tres Cruces II, Ventura 810, Ventura Plaza Seregni, Ventura Parque, Ventura Design y Ventura 2025. Estos dos últimos suman recursos espaciales y estéticos que en el conjunto apuestan a dar otra experiencia de uso, entendiendo que el usuario entra a su casa cuando atraviesa la primera puerta del edificio. De esta forma surgen los halls, cuyo primeros diseños (a cargo del estudio Menini Nicola) representan un valor agregado para el edificio, dobles alturas en los espacios de planta baja, cálidas y cómodas barbacoas; en definitiva, una experiencia que tiene que ser positiva y linda de vivirse. En esta oportunidad se realizó una campaña de publicidad titulada “Un dormitorio de regalo”, fue el ancla diferencial para atraer potenciales compradores, junto a un variado menú de actividades que se enfocó estrictamente en la experiencia.

¿Cómo acompasaron el crecimiento como desarrolladores con lo netamente vinculado al aspecto más técnico de la arquitectura? En particular los aspectos de diseño y constructivos.
Kopel: Comprobamos que nadie se fija en lo que nos fijamos los arquitectos por deformación profesional. Por ejemplo, si la línea de la cerámica de piso coincide con la de pared. Sin embargo, si se repara en que funcione la grifería, que no haya una pastina saltada y que no se rompa el portón del garage cuando se tiene que salir. En nuestra arquitectura pasan estas cosas, las valoramos y las ponderamos, pero sobre todo proyectamos para el usuario real. El usuario es quien se apropia de los lugar y no es el arquitecto que controla como lo usa.
La experiencia del desarrollo inmobiliario en conjunto con la constructora nos permitió el uso del hormigón celular y actualmente representamos a Brimax. Fuimos los primeros, junto al Arq. Iván Arcos de Estudio 5, en implementar el uso del hormigón celular a escala de vivienda en altura, lo que nos permitió sacar ventajas competitivas, ya que tempranamente comenzamos a ahorrar costos y a mejorar la ingeniería de la construcción de edificios. Lo cierto es que el país cambió la matriz: actualmente el 50% de las casas se construyen de esta forma.

 

Experiencia comunidad

La marca Ventura, que cerró el 2019 con 8 edificios terminados y 4 en construcción, es símbolo de mejora continua. Lo estrictamente arquitectónico e inmobiliario encuentran sentido en la experiencia comunidad, o sea, una apuesta que Kopel y Sánchez despliega como si fueran capas intreconectadas socialmente.
Desde aquellos edificios entre medianeras de 30 a 40 unidades, Comunidad Ventura es un programa que además de crecer exponencialmente en escala -con un promedio de 100 unidades cada uno- sostiene experiencias colectivas en salud, esparcimiento y trabajo, para vincular a vecinos de todas las edades dentro de un mismo complejo de edificios. Se preguntaron cómo la tecnología impactaría en la vida en estos edificios y la respuesta sencillamente fue propiciar el vínculo entre los vecinos, el que pareciera desdibujarse con los avances de la automatización, la seguridad y otros aspectos que se resumen a la vida de cada unidad. El cambio de enfoque fue proyectar para la vida en comunidad, algo así como lo hacen las redes sociales con la comunicación de sus historias y perfiles, Ventura se propuso lograr lo mismo entre sus residentes “transformando las amenities en soportes generadores de experiencias, fomentando el intercambio dentro y fuera del edificio con un modelo que es tendencia en varias ciudades del mundo”, agrega Sanchez.

Terrazas de Ventura (Monte Caseros y Quinta de la Paraguaya)

 

Para su lanzamiento se creó una campaña publicitaria que fue vital para el posicionamiento y comunicación de esta nueva propuesta. Un equipo de investigación digital analizó el funcionamiento de las redes sociales para entenderlas antes de pautar en ellas. Con el objetivo puesto en la capacidad de renta de la clase media, cruzando con la capacidad de producción que anteriormente comentábamos, se realizó una pieza audiovisual titulada “#comunidadventura” resume la escencia y concepto de la forma de habitar que propone esta red de torres. A los convencionales salones comunes, barbacoas y gimnasios, Ventura agrega clases de cocina y yoga, clubes de corredores, talleres de arte, espacios de cowork y huertas. La novedad además, es que los propietarios o inquilinos pueden participar de las actividades que se realicen en sus edificios como también en los demás de la red Ventura.

Así nacen los últimos lanzamientos: Ventural Cultural, Ventura Boulevard y Terrazas de Ventura. Serán ejecutados en etapas en los próximos años, sumando 600 nuevas unidades al mercado, y sobre todo, fomentando nuevas lógicas residenciales para los barrios Centro, Cordón y La Blanqueada, los más requeridos por los millennials, quienes según las proyecciones inmobiliarias, no es el público comprador, pero si el que renta. Por todo esto Ventura y su concepto de comunidad es un gran diferencial, tanto para residentes como para inversores. Un valor agregado para todas las partes, suma tecnología también con una app propia de gestión de todas las actividades que se realizan en la Comunidad Ventura. Al 2019 la marca cuenta con 15 proyectos en su línea de trabajo.

Ventura Cultural ( (Ana Monterroso de Lavalleja y Juan Paullier)


Ventura Boulevard (José Batlle y Ordóñez y Avda. Italia / Ventura Cultural (fachada interior con huertas)

En lo que respecta al quehacer inmobiliario, este 2019 fue un año de giras por varios continentes para Sebastián y Fabián, quienes viajaron en calidad de speakers y delegados uruguayos en diversos congresos y salones inmobiliarios. En mayo representaron a Uruguay en el Salón Inmobiliario del Madrid, fueron invitados por MIT al Foro Mundial de Real State en Boston cuyo mayor referente de la organización Steve Weikal, puso el ojo en la experiencia que los llevó a investigar programas de Buenas Prácticas, interesándose no solo en Comunidad Ventura como emprendimiento inmobiliario, sino también en el trabajo que Fabián junto a su esposa, la Dra. Nadia Dib están llevando a cabo a través de la Fundación Jazmín, donde el desarrollo inmobiliario integra el área social y genera espacios urbanos inclusivos. En junio Kopel Sánchez fue parte del panel inmobliario en el Congreso PropTech que se realiza por toda Latinoamérica, y esta vez fue en Chile, donde presentaron el programa #comunidadventura. Al mes siguiente, en julio, firmaron un acuerdo como marca país con Uruguay XXI y el Ministerio de Turismo.

El estudio, desde su conformación y en paralelo al desarrollo de los edificios en altura, ha incursionado en el proyecto y ejecución de residencias unifamiliares. Investigar soluciones, acompañar las formas de habitar de sus clientes en las correspondientes escalas, ha sido una constante búsqueda, con la capacidad potencial de proyectarlas
contemplando diferentes tipos de vínculo con el usuario final: específico en los encargos de casas particulares o desconocido, aunque con un perfil definido, para la comercialización de las viviendas en edificios.

Los encargos unifamiliares se fueron sucediendo en la trayectoria de los arquitectos, plasmando a su vez una gran versatilidad de programas vinculados al destino residencial: casas en barrios privados, cascos en estancias y posadas de playa. En todos ellos los lenguajes y estéticas arquitectónicas van desde lo más moderno y racional – con formas y colores puros que destacan del perfil topográfico donde se ubican- hasta lo más arraigado a la exploración de materiales naturales y texturas, que vinculan con el entorno más agreste. Así, quinchas y cubiertas planas, solidez y liviandad, superficies pétreas y cementicias son intensiones de diseño constructivo que ref lejan una clara conciencia sobre la responsabilidad que como profesionales ejercen en la habitabilidad de las personas.

 

Inclusión por una causa

La Fundación Jazmín nació el 16 de junio de 2015 con el objetivo de promover la inclusión de todos los niños en el espacio público, considerando sus diferentes capacidades, para contribuir desde esta experiencia a una transformación de la sociedad toda. Jazmín es una niña que hoy tiene 10 años y desde que nació tuvo comprometido su desarrollo físico e intelectual. Los creadores de la fundación que lleva su nombre son sus papás, Nadia Dib y Fabián Kopel, quienes en nombre de su hija quisieron hacerle un regalo a la sociedad.

Plaza Portugal

 

La Plaza Portugal en el barrio La Blanqueada -ubicada en Monte Caseros entre Mariano Moreno y Juan Cabal- fue el primer ejemplo que la Fundación Jazmín impulsó con el fin de generar espacios públicos accesibles e inclusivos a niños y niñas. La convocatoria fue abierta para estudiantes de arquitectura, quienes debían presentar sus propuestas contemplando la inclusión y accesibilidad en el mobiliario público con fines recreativos, vinculando aspectos de circulación, implantación y materialidades, entre otros. El proyecto ganador consistió en la ejecución de la plaza y la instalación de juegos recreativos e integradores para chicos de todas las edades, y estuvo tutoreada por el arquitecto Iván Arcos. El proyecto ganador fue el equipo integrado por Catalina Radi, Elisa Porley, Ignacio Bianco y Simone Frieri.

 

La fuerza de Jazmín logró transformar
este espacio de la ciudad.

 

A partir de esta historia de vida y de la visión y capacidad de producción que caracteriza al equipo Kopel Sánchez, se organizó en conjunto con la décima edición de la Feria de la Construcción, el Concurso Arqaton, que en un formato de mini Master Cheff, propone desarrollar equipamiento urbano accesible, tutoreado por arquitectos y diseñadores de mobiliario uruguayos referentes, que en 20 horas de proyecto contó con 10 equipos participantes. Esto sucedió en uno de los pabellones de la Rural del Prado, acondicionado especialmente para transformarse en lo más parecido a un taller de facultad, el talento corrió de prisa y sin pausa, con ideas super interesantes en concepto y realización que dieron como resultado diferentes opciones de células de juegos accesibles con el objetivo de ser instaladas en diferentes plazas del país.
Las bases del concurso fueron realizadas por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Udelar y se contó con el apoyo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad ORT, la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU), la Intendencia de Montevideo y el Municipio CH.

 

 

Arqaton sin saberlo a priori se disponía a quebrar las barreras entre instituciones académicas de diferentes órbitas como lo son las facultades pública y privada (Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Udelar y Facultad de Arquitectura de la Universidad ORT). Todo sucede en el marco del acuerdo entre la Fundación Jazmín, FADU y la Intendencia de Montevideo para llevar adelante plazas accesibles. “Se puso un punto final a la rareza de que el ámbito educativo y el municipal no trabajaran juntos, ni habían coincidido hasta el momento en propuestas ciudadanas. Fue gracias a la manito de Jazmín, que definitivamente como causa ha tendido y seguirá tendiendo invalorables puentes para la calidad recreativa infantil”, concluye Kopel.

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