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Moderno aire CLÁSICO

Fotos Irina RAFFO

Un sofá Tudor dialoga con un tronco de madera, un tapiz con la silueta de los filamentos y los caireles con el cuero vintage conforman las principales atribuciones atrevidas, pero totalmente mimetizadas de un apartamento en Punta Carretas.

Fue un gran desafío para Sofía Ruiz tomar decisiones, que no siempre corren por cuenta de un decorador. Sus clientes, ante la realidad de su mudanza, depositaron la confianza plena en esta joven diseñadora y su equipo al solicitar asesoría sobre qué mantener y descartar para decorar un nuevo apartamento. Un proceso difícil cuando se deja un lugar en busca de un cambio. “Se iban a mudar a un departamento muy moderno, nos citaron en su casa para ir a ver qué tenían y evaluar qué podría servir. Nos encontramos con una casa muy grande y antigua, con muchísimos muebles de estilo, obras de arte, arañas de caireles, esculturas, alfombras persas, etc.”, cuenta Sofía. En ese momento comenzó el proyecto de interiorismo, de cara a la nueva realidad de una caja neutra con grandes ventanales y altura standard. “Necesitábamos hacer una fusión entre lo clásico de sus objetos y la estética  moderna del nuevo lugar de residencia”, agrega.

La planta de este apartamento tiene 250 metros cuadrados orientados hacia la rambla dirección sur oeste, en el que se logró un diálogo muy limpio pero a la vez con la información suficiente para que muebles, objetos y texturas antiguas permanezcan alineados a su estilo original pero con un nuevo aire, señorial pero cálido a la vez. “Una mezcla acentuada pero equilibrada, bajamos un poco el modernismo de nuestra caja contenedora, aportándole trabajos de molduras y boiserie en sus paredes, y pintando de colores intensos y clásicos” detalla.  

El desuso de unos durmientes de lapacho antiguo de los propietarios fue la excusa para transformarlos en una mesa alta tipo banco, un marcado contraste para la transición entre el comedor de estilo Reina Ana y este rincón especial para el busto y los libros antiguos. Del antiguo jardín no faltaron a la selección dos viejas vasijas, que con ese look gastado resultaron la mejor opción para los Ficus lyrata del living comedor.

La tapicería fue toda realizada a nuevo en lino (de Reina Ana), a excepción del sofá  Tudor que fue retapizado en pana verde seco (de Las Hounie) e intervenido  con tachas gris oscuro y flecos, en vez de madroños. El estilo Tudor se remonta a la dinastía homónima en Inglaterra cuyo primer monarca fue Enrique VII (1457-1509) pero se extiende hasta el 1603 incluyendo el reinado de IsabeI II. Las mesas de centro del living fueron confeccionadas  a medida, compuestas por una gran mesa en cuero vintage color suela y dos troncos de 60 centímetros de diámetro cortados rectos.

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Necesitábamos hacer una fusión entre lo clásico de los objetos y la estética moderna del nuevo lugar de residencia

El tono verde oliva que se resolvió aplicar en todas las paredes de este gran espacio (código SW 6187de Sherwin Williams), fue el que combinó a la perfección con varios objetos pertenecientes a los propietarios, como un tapiz “verdure” colocado en el comedor, una alfombra en lana antigua en tonalidades oro y verde seco, y varias obras de arte que tenían esos tonos como protagonistas.

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“Realizamos un estar y comedor diario moderno, fresco con equipamiento descontracturado y liviano, acentuado por algunas piezas antiguas de la otra casa”, cuenta. Los taburetes de hierro y mimbre (de De Arcos) se acoplaron a la perfección a la fusión establecida entre la mesada de la isla y el juego de comedor, aunque informal pero mantiene el corte clásico del mobiliario, las sillas fueron retapizadas con tecnología Aqua Clean (de Bemaor) y el toque de diseño minimal en las luminarias (de Trios Ligthing la del comedor y Zum sobre mesada de cocina).

El estar diario se instaló en un espacio que no estaba destinado a tal fin. Se realizó a medida un gran mueble a lo largo de un corredor, integrando dos espacios en uno, y colocando el media center, con biblioteca y lugar de guardado. Originalmente la cocina se separaba del estar con un vidrio esmerilado, fue eliminado y su lugar lo tomó una biblioteca que integra ambos ambientes. 

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En el dormitorio principal se realizó una boiserie de un metro de altura con molduras en blanco y se empapeló la parte superior con rafia (de Reina Ana). Para el segundo dormitorio se eligió un empapelado clásico en tonos de verde agua y beige (de Sophie), y un respaldo con funda en gabardina y ropa de cama al tono.

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