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PIONERA: poltrona urbana

El diseño de mobiliario en Uruguay ha crecido sostenidamente y ahora disfruta la etapa de los logros académicos. No obstante, el mercado uruguayo y las condiciones de selección, tanto de usuarios finales como de intermediarios (públicos y privados) aún transita un tímido proceso. Compartimos el trabajo de una diseñadora especializada en mobiliario en Uruguay, en busca de horizontes comerciales para esta pieza, convencida que su proyecto intenta transformar el paisaje urbano en una experiencia visual y estética con identidad regional, entendiendo al diseño como una herramienta de acción fundamental en el espacio público para construir ciudadanía.

Pionera es una poltrona urbana con la autoria de la Dis. Arq. Paula Borges, la que puede ser ubicada en un espacio exterior de forma individual o agrupada. Para la implantación agrupada el proyecto desarrolla dos piezas simétricas (a y b) que en su configuración permiten giros y agrupaciones que se desprenden del estudio morfológico de la Espina de la Cruz. Está fabricada en acrílico sólido, permite ser pulido y restaurado en diversas oportunidades, sus dimensiones son 1,20 x 0,99 x 1,10 h 0,93 m. 

 

Entrevistamos a Borges, diseñadora de Pionera Poltrona Urbana en el marco del trabajo final del Programa de Especialización en Proyecto de Mobiliario, Facultad de Arquitecura, Diseño y Urbanismo (UdelaR, Uruguay), año 2020, habiendo obtenido su diploma recientemente. Se graduó como arquitecta en FADU (año 2013), y el posgrado lo inició en 2018 en régimen de educación permanente. Paula además es docente en cursos de proyecto de la facultad, trabajó en diversos estudios de arquitectura en el área de proyectos de mediana y gran escala lo que le permitió vivir en diferentes paises. Luego le siguió el trabajo en obra a través de su primera experiencia en hotelería, y así vincular más de cerca con el diseño de interiores y de mobiliario. Actualmente forma parte del equipo de diseño e interiores dentro de una oficina brasilera con base en Punta del Este, Uruguay.

¿Qué te motivó a iniciar el Programa de especialización en diseño de mobiliario en UdelaR?
Siempre quise formarme en diseño industrial, las dinámicas de la FADU y lo laboral fueron hacia la arquitectura, pero esa inquietud siempre estuvo ahí. Incluso en el trabajo final de la carrera de arquitectura desarrollé un capitulo entero sobre equipamiento y mobiliario que complementaba el diseño general del proyecto. La verdad es que la primera edición me la perdí y en la segunda oportunidad no lo dudé, la mirada desde la arquitectura y el proceso proyectual es distinto al del diseñador industrial y sentía que quería explorar y aprender de metodología desde esa perspectiva.

¿Cuáles fueron tus expectativas y experiencias de tal posgrado?
Antes de comenzar el posgrado mi pensamiento estaba en ampliar y explorar nuevas herramientas para comenzar a diseñar mobiliario o interiores para espacios íntimos. A medida que fui transitando los distintos cursos, a aprender sobre materiales y metodologías, empecé a descubrir nuevos intereses y otros lugares de oportunidad para el diseño, por ejemplo la ciudad. Por esta razón en el curso proyectual me propuse trabajar en equipamiento público e identidad.

¿Qué objetivo te trazaste con esta pieza? ¿Dónde te la imaginaste?
Creo que el principal objetivo fue la necesidad de encontrar una identidad regional para el equipamiento urbano. Esa premisa inicial fue la que me llevó a generar una metodología a través de la cual comencé a investigar acerca de la flora nativa de la región. Fue así que llegué a la Espina de la cruz, una planta pionera en el sentido de ser en la sucesión ecológica una de las encargadas de preparar y proteger el suelo para que se implanten y crezcan nuevas especies. 

El proyecto busca un Claim it! del paisaje, la ciudad jugando como invasora de nuestros espacios verdes plantados de flora exótica.

 

“Su forma es resultado del relevamiento de la morfología de la Espina de la Cruz, mediante escaneos y fotogrametrías de la planta. La metodología desarrollada de exploración y diseño sirve para indagar otras especies nativas y continuar desarrollando nuevas tipologías.”


Paula BORGES

 

¿Cómo un diseñador de muebles vincula con su proveedor para la realización?
La empresa Zona M fue quien se encargó de la fabricación del prototipo. Mi relación con ellos comenzó a través del curso de Posgrado de materiales, ellos se acercaron a mostrar el producto y se pusieron a disposición para desarrollar los prototipos. La búsqueda de lo material también fue parte de la metodología del diseño, donde la estructura laminar de la espina de la cruz me llevó a la búsqueda de un material que pudiera reflejar eso atributos.

Le presenté el proyecto a Pablo Ferrer y su equipo de Zona M, quienes recibieron el desafío con mucha apertura, agradecida en particular con Daniel quien hizo artesanalmente el prototipo con un cariño tremendo.

¿En qué consistió la resolucón técnica de la pieza?
Las placas de Durasein permitieron una fabricación limpia, siendo un reflejo directo de las plantillas del proyecto ejecutivo que había desarrollado. 

¿Cómo se sucede luego con contacto el público consumidor?
Con este público ha sido un poco más difícil, si bien he tenido varias consultas, el costo de la pieza unitaria no la hace interesante para el uso en espacios abiertos íntimos, que es donde a través de entrevistas y redes sociales se han comunicado posibles compradores.

 

 

¿Cuáles son las ventajas y dificultades del diseño de mobiliario en nuestro país?
La Cámara de Diseño de Uruguay (CDU) ha hecho un trabajo enorme los últimos años, comunicando y asociándose a instituciones como el MIEM, para desarrollar nuevos espacios combinando políticas publico-privadas fundamentales para el desarrollo del diseño en nuestro país, entendiendo que cuando el mercado es reducido el ámbito público es el que puede ayudarnos para potenciar la creatividad y las oportunidades.

¿Cual es el valor que el consumidor le da a un mueble con autoría uruguaya y originalidad plástica?
En este sentido, creo que varia mucho respecto a los ámbitos de desarrollo laboral. Personalmente me encuentro más cerca en este momento de clientes que pagan por arte y diseño, pero no es el público general. Creo que somos una sociedad sensible al arte y al diseño, que nos gusta lo que vemos pero nos parece costoso. Sin embargo, es también construir una cultura del “diseño uruguayo”, empezar a integrar diseño a la ciudad, espacio democrático por excelencia. Porque es ahí dónde se llega a todos y todos pueden hacer uso sin importar si pueden o no pagarlo. Creo fervientemente que la manera de generar esa cultura del gusto por el diseño es integrar el diseño al espacio público.  

¿Cual/les es la mayor problemática para resolver en nuestros espacios exteriores a través del equipamiento urbano?
Una de las mayores problemáticas es que el equipamiento público no tiene identidad, muchas veces es una continuidad de la arquitectura, de lo construido o una réplica de otra cultura de ciudad. Se asemejan más a objetos de contemplación, donde la dimensión lúdica o plástica queda relegada a la funcionalidad. Si bien esto ha cambiado en los últimos años y se están generando nuevos espacios de convivencia, creo que falta todavía integrar el diseño al equipamiento urbano.

 

“Su configuración permite reconocer el objeto mediante un recorrido visual, y en consecuencia, nos invita a redescubrir el paisaje natural regional insertado en el espacio público, promoviendo el uso de Flora Nativa en el ámbito urbano.”

Paula BORGES

 

Más información de Pionera Poltrona Urbana:
Paula Borges
Pionera Poltrona Urbana

 

 

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