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TITS: desafío a la homogeneidad

La diseñadora de interiores Carolina Cesio ha sido la mentora del interiorismo de todos los locales comerciales que TITS ha intervenido desde 2012 en Montevideo. Desde entonces, ello le ha permitido transitar por las diferentes tendencias en diseño de espacios comerciales, a la vez que obtener un conocimiento creciente de las preferencias y objetivos de su cliente en materia de ropa femenina. Cesio se refiere al equilibrio como criterio fundamental a la hora de abordar las directivas de un cliente, que en general sabe lo que quiere y busca en un profesional poder transmitirlo conceptual y materialmente a un espacio. El proceso consistió en escuchar la visión que los propietarios tienen de su marca, y a partir de ahí proponer e implementar el trabajo en equipo. En particular, los dueños de Tits son una pareja de jóvenes empresarios que han crecido sostenidamente, con metas muy claras desde el comienzo, y con una especial afinidad hacia el diseño de interiores. Siempre estuvieron muy involucrados en los proyectos de sus locales y siempre demostraron un especial interés por acompañar la última tendencia. “A ellos les gusta innovar, por eso sus locales, más allá de tener una impronta en común, cada uno transmite diferentes sensaciones”, destaca Cesio

La imagen de esta marca desafía claramente la homogeneidad en los interiores, no hay un local igual a otro. Se persigue aggiornar cada espacio al tipo de público que frecuenta cada zona y consume su grifa: Ciudad Vieja, Punta Carretas Shopping, World Trade Center y Carrasco. Tits identifica su estilo de ropa con una imagen diferenciada en todos ellos, asociada a lo histórico, a lo urbano o a lo más exclusivo. No obstante, lo que prima es el contenido del que se parte para el montaje temático de cada uno. Esta decisión acompaña a una marca fuerte, transgresora, instalada desde hace muchos años en Montevideo, aspirando a más, sin perseguir un modelo para luego replicar. Lo exclusivo prevalece sobre lo masivo. El estudio profundo recae en la sectorización, la que se define según sea ropa informal o de fiesta, jeans o zapatos, la ubicación, funcionalidad para la venta y visualización que deba tener en cada local.

El local de Ciudad Vieja es un espacio caracterizado por la gran altura, la proporción alargada y la secuencia de columnas. Se trabajó el mobiliario fijo de forma de acentuar las grandes dimensiones. Se sumaron muebles con un toque vintage y un sillón de estilo hace referencia al casco histórico donde se encuentra. “Fortalecer la identidad de cada barrio lo hace más humanizado, hace que el usuario lo sienta más cercano”, agrega la diseñadora.

“Me gusta poder dar énfasis con grandes luminarias de reconocidos diseñadores que son esculturas en sí mismas, como punto focal refuerzan el espíritu de cada local. Esta elección surge por el interés de enfatizar en el diseño y salir de lo cotidiano, buscar la pieza justa para cada proyecto, además del estudio de niveles lumínicos que el lugar requiere en general y en cada sector, con el fin de destacar texturas y detalles; por esto, recurrir a la iluminación técnica se torna imprescindible”, comenta Cesio, quien se embarcó en la desafiante tarea de realizar un collage a mano con íconos de la moda y la pintura de todos los tiempos.

En Punta Carretas, un local más pequeño ameritó optimizar el espacio disponible. Se proyectó un ambiente integrado con un gran carro con ruedas móviles como alternativa a la vidriera convencional, sobre todo para destacarse de la congestión de vidrieras, propia de un centro comercial.

El local de Arocena surge de una mezcla de materiales más cálidos: madera reciclada, cuero, microcemento y un juego de volumetrías. En una pared de estanterías blancas que cubre el espacio en doble altura, la diseñadora propuso dos grandes lámparas del diseñador japónes Issey Miyake, de estilo “origami”, perteneciente a la colección IN-EI, diseñada para Artemide e importada en exclusiva para este proyecto.

El local en World Trade Center tiene, en cambio, una impronta urbana. Aquí el hierro resultó el más adecuado para las líneas muy puras que se propusieron. El punto focal es el conjunto de tres grandes lámparas de bronce martillado, diseño de Paola Navone para Gervasoni.

 

 

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