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Viviendo el presente
ÁVARO “CHINO” RECOBA

Álvaro “Chino” Recoba

Entrevista | Elisa IZAGUIRRE
Fotos | Carlos PAZOS

Doble Altura Deco visitó a esta gran figura del fútbol uruguayo para conocer más de su vida cotidiana, su familia, sus pasiones y sus emprendimientos, entre los que destaca el restaurante Il Giardino, un nuevo reducto gastronómico donde el ex futbolista ha dejado plasmadas algunas de sus grandes pasiones: el gusto por la cocina y las plantas.

 

Recorrimos su casa en Jardines de Carrasco, rodeada de una frondosa cerca vegetal y una variedad de especies dignas de dueños de casa amantes de las plantas. El comedor se ubica integrado al living, y juntos tienen las mejores vistas al jardín, al deck y a la piscina. Contra el ventanal una LC4, chaise longue diseñada en 1928 por Le Corbusier, Pierre Jeanneret y Charlotte Perriand.
La pieza es un modelo original que reproduce Cassina desde 1965, esta versión en particular en piel de potro color negro sobre la tradicional base de acero esmaltado, recompone “la forma y la función al servicio de la relajación, un equilibrio perfecto entre pureza geométrica y ergonomía”, como reseña la firma italiana. Un verdadero ícono de todos los tiempos, que le arrancaría suspiros a cualquier conocedor de su obra. Y en la misma línea aunque de autor contemporáneo, el sello original de Philippe Starck está presente a través de las luminarias KTribe fabricada por Flos (Darko en Uruguay).

El fútbol, como otras tantas carreras dentro y fuera del ámbito deportivo, tiene la particularidad de tener un tiempo marcado para el retiro. Luego de haber recorrido el mundo, y vivir en países como Italia o Grecia, quisimos saber más del Chino Recoba y preguntarle por ejemplo ¿cómo se imaginaba la vida después del fútbol?
Muy relajado y convincente, nos cuenta que “en realidad, no soy de las personas que va planificando la vida, incluso me pasó también mientras jugaba. Vivo día a día y dependiendo de la situación en la que me encuentre, o si algo me atrae y se dan las condiciones para que siga adelante con un proyecto, lo hago. No es que me planteo: voy a hacer tal cosa”. Su vida en general fue de no hacer proyectos a largo plazo porque desde su visión “hay que disfrutar y vivir día a día, sin pensar en lo que se puede venir. Muchas veces la gente en general disfruta menos del momento por estar pensando en lo que puede o no pasar después. Primero hay que valorar que estás vivo, y así fui toda mi vida; nunca planifiqué mucho el después del fútbol, y lo mismo cuando jugaba, le ponía toda la pasión a lo que hacía, pero no iba más allá para pensar que venía después”. Con su familia sucede algo similar: “mucha gente dice a tus hijos no los malcríes, no les des todo, o tratá de no darles todo para que valoren. Yo en cambio, soy de la idea que a los hijos hay que darles todo lo que se pueda, haciéndoles entender que todo tiene un sacrificio, porque nunca sabés”.

 

 

Su familia es el tema central de su vida, y lo fue de esta entrevista en la que queda claro que sus vínculos familiares son lo primero y principal. “Yo me levanto a vivir ese día, a dar todo por mi familia”. Su esposa, Lorena Perrone, “es más de preocuparse por todo”, confiesa el Chino, al tiempo que admite que “somos muy opuestos en ese sentido, por eso creo que nos llevamos tan bien y estamos juntos hace 24 años”. Con la mirada puesta en el mundo actual reflexiona sobre la importancia de mantener unida una familia: “con lo dinámica que es la vida hoy día depende mucho de que nosotros nos complementamos muy bien. En síntesis, yo planifico menos de lo que planifica ella, pero al mismo tiempo ella nos encamina a todos y yo al día lo descomprimo un poco. Nosotros tenemos hijos grandes ya, yo soy el que me preocupo menos y les doy un poquito más de libertad, y ese complemento es bueno incluso al momento de poner los límites”, describe.

 

El hombre propone…

Conociendo su hogar, sus emprendimientos, y en el marco de la dinámica familiar, quisimos saber si en su casa es de involucrarse por ejemplo con temas de diseño. Sabíamos de antemano que tiene un gusto especial por las plantas.
Entre risas confiesa que “en mi casa soy de tirar ideas -que son muy buenas- y en principio me dicen no, pero después terminan haciendo lo que yo digo: admito que los méritos no son míos. Como te digo, yo no soy de planificar, vivo y propongo. Me dicen que no se puede, pero más allá o más acá terminan haciendo por lo menos una versión bastante cercana a mi idea. Con el tema de las plantas interiores por ejemplo, yo las pongo en un lado, las cambian, y terminan dejándolas donde yo las puse porque quedaban bien ahí”. En general, cuando contratan un asesoramiento para diseñar o implementar un cambio les gusta participar, “dar nuestro punto de vista, involucrarnos en los procesos. Contratamos profesionales, pero también ponemos nuestro tiempo para colaborar o ir guiando sobre aquellas cosas que nos gustan. En el restaurante por ejemplo, hay mucho de gusto personal que las diseñadoras interpretaron y lo plasmaron para que así fuera”, comenta.

 

Nada en la vida es perfecto, todos tenemos errores y vamos aprendiendo. En el fútbol, llegó un momento que no pude aprender más, ahora es turno de mejorar cada día en la gastronomía.

 

Mano verde

En cuanto a plantas, en su casa tiene tres bonsáis, uno de ellos es el árbol de la vida, que trajeron de Solymar. Para él fue una experiencia única conocer este vivero. “Entre cientos de bonsái, encontrás manzanos con los frutos en miniatura, higueras, y muchos otros ejemplos más que a mí me fascinan. En particular el árbol de la vida es el de Animal Kingdom y tiene más de 100 años. Cuando lo vi, me dije “quiero llevármelo a mi casa” y cuando lo veo me da una sensación que no sé explicar muy bien, pero tiene una historia detrás, y seguramente además de ser parte de mi vida, también será parte de la vida de mis hijos y capaz que hasta de la de mis nietos. Desde que pisé ese lugar quedé maravillado con tanta belleza tan diminuta”, manifiesta Recoba.

Al señalarnos la combinación de una maceta hecha por él en su totalidad, detectamos que las suculentas y los helechos resultaron ser solo algunas de las especies de plantas con las que Álvaro descubrió una conexión especial: la selección, contemplar su crecimiento, y no menor, la composición cromática y de volúmenes en los diferentes maceteros que manda a hacer a medida (los de madera), o macetones que adquiere según forma, color y combinación vegetal a ubicar en ellos (de Vivero El Ceibo o Balcony Shop), o delegar en el diseño a medida soluciones para exhibir o acopiar los diferentes ejemplares.

Mesas con carácter de repisa (de baja altura y en dos niveles) recomponen la forma de la galería y no interfieren las visuales desde el interior hacia el jardín, ofician además de soportes neutros para que lo que resalten sean los perfiles de las plantas. También Álvaro solicitó una mesa de trabajo para el armado y manejo de las mismas y una estantería, que fue colocada en un sector más resguardado para las plantas que necesitan más protección. Todos son diseños a medida en base a estructuras de hierro pintadas al horno (ejecutadas por Tramar Ltda.) y superficies de apoyo en porcelanato (de Bosch & Cía.), materiales que gozan de una buena tolerancia al envejecimiento natural y una resistencia acorde al contacto directo con el exterior.

 

Hogar dulce hogar

Luego de casi una vida recorriendo el mundo, consagrarse como figura en el mediocampo del Inter de Milán y con casi 70 partidos disputados con la camiseta uruguaya en fechas regionales y copas mundiales, la familia retornó a Uruguay y allí comenzó un derrotero por encontrar ese lugar especial donde afincarse para vivir. “Nosotros nos volvimos en 2010 a Uruguay, tenía 20 años cuando me fui, y si bien venía seguido, no vivía acá. Primero vivimos en Colinas de Carrasco, donde yo tenía una casa, pero nos quedaba un poco lejos. También alquilamos en el lado sur de Av. Italia, pero siempre seguíamos buscando un lugar. Cuando volvimos vimos cien casas, yo no conocía mucho Jardines de Carrasco, más allá de que mis hijos ya venían a la Scuola que queda acá nomás”. Un día alquilaron una casa y desde ese momento les encantó el barrio en el que empezaron a pensar en comprar. “Y apareció esta casa, que era de unos extranjeros que se iban, vinimos a verla e inmediatamente la compramos. Hoy día puedo decir que no me iría de acá, no me veo en otro lugar, más allá de que tenemos casa en Punta del Este y en algún momento fue un plan vivir ahí, hoy te digo que no me iría”, sentencia el ex futbolista y empresario.

 

A partir del momento en que su esposa abrió su peluquería LP muy cerca, con más razón la familia se estableció definitivamente en esta casa proyectada y dirigida por el arquitecto Juan Diego Vecino en 2002. En lo que refirió a reformas interiores, el estudio Din Design, compuesto por las diseñadoras de interiores Ma. Lourdes Betancor y Marclea Chiesa, fue quien tomó el desafío de diseñar y ejecutar transformaciones en algunos espacios de la casa como por ejemplo: intervenciones en todos los dormitorios de la planta alta con equipamiento, iluminación, papeles y respaldos, el de huéspedes pasó a vestidor, los baños a nuevo, rediseño de la escalera, intervenciones varias en la barbacoa, y al mobiliario existente -de líneas clásicas- del living, comedor y estar se sumaron intervenciones sutiles de iluminación y accesorios para terminar de armar estos espacios principales de la casa. En el exterior se construyó un nuevo y amplio deck, que como continuación de la piscina es el alma de disfrute de la casa.

 

Lo primero es la familia

Con un sentir casi italiano de pertenencia a su grupo familiar quisimos saber más de su vida en este sentido y conocer detalles de la conformación de la misma. “Está la familia de la que vengo que son mis viejos, la familia de mis hermanos y la familia que yo conformé con Lorena en la que tenemos a Natalie (20) y Jeremías (16), que son mis hijos y como mis hermanos menores al mismo tiempo”, confiesa complacido y entre risas.
“Tuvimos la suerte de tener hijos siendo jóvenes y poder disfrutarlos”, comenta Álvaro. Jeremías, siguiendo los pasos de su padre, juega al fútbol y muchas veces un plan de fin de semana puede consistir en todo un evento familiar deportivo conformando un cuadro cada uno y jugando en contra del otro, o practicar tenis o ping pong, “y él como hijo no se aburre, nos divertimos juntos”.

En esa relación cómplice y muy aggiornada a los nuevos tiempos, le preguntamos a Recoba ¿cuáles son los valores que le quiere dejar a sus hijos? “Los valores ellos los tienen que percibir, se los tenemos que mostrar día a día. Cada uno tiene su esencia, nosotros no los obligamos ni los mandatamos a ser nada, ellos son como son, capaz que su forma de ser la vieron en nosotros, yo vengo de una familia muy humilde, mi esposa de una familia de laburantes, pero el hecho de haber triunfado o seguir triunfando y poder llevar una buena vida no cambió lo que somos, siempre fuimos las mismas personas. Nosotros marcamos el camino y ellos lo siguen”, comenta con orgullo. A modo de anécdota nos cuenta que alguna que otra vez, algún papá del colegio lo felicitó por sus hijos, por ser solidarios y altruistas, y siempre pensar en los demás. “No por tener más posibilidades se consideran mejores que los demás y eso está en su esencia”.
La familia Recoba también está compuesta por sus seis perros: Ramona, Malu, Roma, Pancho, Duque y Milano. Cuatro salchichas, una labradora, una border collie y una Jack Russel.

 

Ecocinema: cultura y medioambiente

Es una plataforma internacional de comunicación que funciona en países como Uruguay, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y México. Se trata de un proyecto que difunde contenidos cinematográficos con energías renovables que pertenece a los ex jugadores, Álvaro Recoba e Iván Alonso asociados con Gonzalo Lamela como director y productor. “Personalmente, a través del fútbol tuve la oportunidad de enriquecerme culturalmente, incluso sin haber podido terminar los estudios porque era eso o jugar. En esta situación hay muchos adolescentes y al terminar la carrera en el fútbol quisimos trasmitir que a los sueños hay que perseguirlos, pero al mismo tiempo explicándoles que se puede hacer las dos cosas: estudiar y hacer deportes. Nuestro aporte fue el de contar nuestras historias de vida, motivando a los chicos y a las familias a que fueran por sus sueños”. Entre los proyectos realizados está “Capitanes de América” que recopila la historia de ex jugadores de fútbol de toda Latinoamérica que fueron o son fuente de inspiración en cada país.

“Este proyecto es una forma de devolverle a la sociedad, todo lo que la sociedad nos ha dado a nosotros”. Las camionetas de Ecocinema con sus paneles solares recorren los más recónditos lugares de Latinoamérica, llevando talleres didácticos donde mediante el juego se apuesta a la convivencia y al final de la jornada se proyecta un documental o una película. “Arrancamos este proyecto convencidos en ir a ayudar a la gente, y la realidad es que cuando vamos volvemos con la sensación que la gente nos ayudó a nosotros, es una caricia al alma que te ayuda a crecer como ser humano. Volvemos agradecidos y enriquecidos”.

En las paredes del escritorio de su esposa se aplicó un empapelado en base al gris (de Lizzie Design). Una gran biblioteca existente fue laqueada en negro y como recurso de diseño se colocaron espejos en su fondo para dar profundidad. El escritorio en sí mismo es la vedette del espacio, diseñado en base a una estructura metálica terminación color bronce, tapa en madera laqueada (Talleres Meca) con terminación en porcelanato imitación piedra en una pieza entera y tiradores en bronce (de Montecuir). Las luminarias colgantes tipo jaula (de Másinfinito Casa), la silla tapizada en terciopelo rosa (de Walnut) y las de visita también en terciopelo, pero color gris (de Sophie), dan la calidez justa y sensación de home office a este espacio.

“En el escritorio, la principal premisa fue diseñar un espacio femenino, delicado y que reflejara la personalidad de quien iba a utilizarlo. Elegimos el negro como color predominante, ya que a ella le gusta mucho, pero en combinación con detalles en bronce y terciopelo que dan sofisticación al ambiente”, comenta Marcela sobre esta habitación ubicada ni bien se ingresa a la casa, digna de un ambiente de trabajo muy femenino, cuadros alusivos a diseñadores de moda de alta costura europea dan cuenta de ello.

 

El fútbol hoy en la vida de Recoba

“Todavía no encontré mi lugar en el fútbol después de haber jugado”, declara contundentemente el ex jugador. Reiterando su filosofía de vida del día a día, creyó que en un momento lo mejor era intentar ser presidente de Nacional, pero “después la realidad me golpea y me doy cuenta que no es tan simple, que más allá de las ideas necesitas bases sólidas económicas que puedan hacer cambiar la situación del club: no se hace solo con buenas ideas”. Ahí fue que desistió de esa iniciativa, ya que de la forma que él quería trabajar no iba a lograr los objetivos que se proponía. “En su momento, hace unos años empecé un curso de gerencia deportiva, pero no lo terminé porque me di cuenta que era inviable para lo que es el fútbol en Uruguay; hice un par de intermediaciones para la venta de jugadores, pero es un ambiente en el que no me siento a gusto. Si tengo la posibilidad de intermediaren algún momento lo haré, pero no lo pienso como algo a lo que dedicarme a futuro”.
Si bien está terminando el curso de entrenador, aún no tiene planes con ningún equipo, ni local, ni de afuera. “Más que dirigir me gusta enseñar, por lo que me veo más trabajando con adolescentes, más como un formador de jugadores. Eso se verá en su momento, no he encontrado todavía un lugar en el fútbol que me haga vivir la misma sensación que cuando jugaba”.

 

Un restaurante propio

A partir de un atractivo restaurante que abrió a fines del año pasado, quisimos saber ¿cómo ha sido la vida del Chino en relación a ese ámbito?, si se quiere tan distinto o antagónico al deporte. “Tenemos la suerte de poder salir a comer seguido con Lorena, ir a conocer sitios; tuvimos la oportunidad de estar en lugares donde la gastronomía marca tendencia para el mundo. En Italia estuvimos muchos años, en Grecia otro tanto, y en Francia y España de paseo, entonces a mí me pasó de tener un menú muy pequeño por el tipo de comida a la que estamos acostumbrados en Uruguay, a probar comidas que jamás me hubiese imaginado. Por ejemplo, yo hago un tartar de carne cruda y cuando hablo de eso o agasajo amigos con ese plato, la primera reacción de la mayoría de la gente es que prefieren no comer algo así, hasta que lo prueban. A medida que vas ampliando el paladar empezás a comer cosas como por ejemplo un agua viva, no es tan raro.
Yo ya pasé esa barrera de probar o no probar algo, no soy experto en gastronomía, pero sí me gusta salir a comer y conocer platos nuevos, pruebo todo, después puede pasar que me guste o no, pero tengo otra predisposición”, comenta el Chino desde su costado gourmet.

 

Respecto a Il Giardino destaca que “yo nunca había tenido nada que ver con un restaurante, iba como cliente y en un momento puntual decidimos abrir uno”. Su visión del negocio en cambio, es bastante clara: “lo que busco va más allá de la gastronomía, es generar un punto de encuentro, brindar una experiencia parecida a las que viví estando radicado en países como Italia. Obviamente hay cosas fundamentales: la calidad de los productos, de los platos y un lugar muy acogedor, junto a lo que podes crear en el servicio como equipo de trabajo. Desde que abrimos las dos cosas que más resalta la gente son la buena comida y el servicio (la calidad humana, la atención, etc.)”.
Esta visión fue materializada además por el diseño, y una vez más Alvaro confió en sus diseñadoras de cabecera, quienes tuvieron a cargo el interiorismo de todos los espacios de Il Giardino, y la desafiante tarea de recrear la ambientación de elegantes restaurantes europeos pero sin ostentación, con la particularidad de que la impronta rioplatense también debía reflejarse. “El concepto que manejamos fue mantener el espíritu «`home»  para que el cliente se sintiera en la casa de sus amigos. Para esto fuimos muy  cuidadosas en la elección de los materiales, los colores, los contrastes de texturas y la iluminación. El jardín fue desde el inicio nuestro motor y punto de partida. El gusto y pasión de Álvaro y Lorena por las plantas fue plasmado en cada parte del exterior”, detalla Betancor.

 

Quiero que quienes visiten el restaurante se vayan contentos por la experiencia que vivieron, por lo que les pudimos ofrecer.

 

En el salón principal, las diseñadoras plantearon una piel compuesta por estructuras en hierro con diseño geométrico para generar textura y profundidad, esto también se repite al exterior como barandas de las terrazas. Las mesas, bases en acero pintado al horno color grafito con detalles en dorado viejo, recomponen en sus tapas los mármoles italianos, para lo cual Lourdes y Marcela tomaron el recurso del porcelanato imitación mármol con terminación mate.

 

Para imprimir la identidad de la marca en el acceso se eligió una gigantografia (de Sophie Empapelados) como elemento dominante que recibe al entrar al local, con motivos de plantas, flores y hojas en diferentes tonos y colores. Todo el equipamiento fue diseñado y realizado por talleres uruguayos, lo único importado fueron las sillas.

Para reforzar la idea de que todo sucede en una casa, se diseñaron sillones a medida, tapizados en cuero vegano color azul petróleo (de Reina Ana Tapices). En varios sectores hay espejos que si bien son decorativos, ayudan a ampliar visualmente el espacio y replicar algunos puntos visuales interesantes.

 

La historia de Il Giardino

Lorena Perrone trabaja muy bien con su peluquería LP desde hace 10 años y le comentó a su esposo que las clientas le pedían que pusiera una casa de té cerca de allí. “Y esa idea me la tiraba una y otra vez, hasta que una agencia inmobiliaria amiga nos comenta que se vendía la casa de al lado de la peluquería y ahí yo le digo a mi señora: vamos a comprarla y hacemos la casa de té”. De nuevo, mostrando una visión atinada para lo comercial, destaca que “de los negocios que he hecho, pudiendo, me gusta siempre comprar la propiedad, así no pagas alquiler y tenés un socio menos”.
Il Giardino arrancó inicialmente como una casa que iba a ser transformada en salón de té. “La casa tenía un jardín que estaba muy tapado, no se veía muy bien sus posibilidades, pero tenía un parrillero y quise mantenerlo. Abajo, en el sótano, funcionaba una escuela de ballet y decidimos destinar ese lugar para eventos privados dotado de tecnología y diseño (pantalla, sillones y karaoke), y ahí surgió hacer también una cocina para que no fuera solamente salón de té.
Decidimos arreglar el jardín y poner mesas afuera sobre un deck, y cuando quisimos ver estábamos haciendo un restaurante”, describe el empresario. El jardín además, cuenta con la mano verde de Recoba en conjunto con profesionales que hicieron una puesta a punto posterior a la reforma “pero las ideas en general fueron mías, como las paredes del salón de abajo por ejemplo”, refiriéndose a la imagen del Lago di Como, donde se encuentra su casa en Italia, que fue replicada en gigantografías monocromáticas de vinilo.
En el caso de la gastronomía uno puede estar toda la vida e ir mejorando día a día. Por supuesto que muchas veces me pasó de recibir un buen servicio porque me conocían, otras porque así trabajaban con todo el mundo, entonces trato de asegurarme de dar el mismo servicio que me daban a mí, trato de que a la gente no le falte nada; si se diera un momento de dificultad, resolverlo amablemente. Puede pasar que la gente diga vamos al restaurante de Recoba y lo hacen porque sos conocido, pero si al llegar no das un buen servicio o la comida no es buena, no van a volver”.

 

Cocina vs. Covid

“El nombre tiene que ver con lo primero que me llamó la atención a mí que fue el jardín, que cuando lo limpiamos vimos que era muy lindo”. La sonoridad del nombre en italiano los llevó a ponerle ese y no otro, basados en que tenían ese espacio que les gustaba mucho. “Al mismo tiempo empecé a meter mano con el tema de las plantas, e incluso a pensar en hacer centros de mesa con ellas”, cosa que no quedó en el pienso, porque variadas suculentas en pequeñas macetas son las que dan el toque de este hunt planter amateur en cada mesa. Así fue que cuando empezaron a ordenar la parte del jardín, quedó definitivamente la marca instalada. “En cuanto a la carta, el chef Dimitri, es un amigo nuestro que había tenido restaurante y había trabajado como chef en tantos otros. Nos apoyamos en él buscando brindar un menú lo más parecido a la comida que podés probar en Italia, desde preparar una brusqueta original a buscar ingredientes como la mozzarella que no es de búffala porque acá no hay, o no hay fresca, pero conocimos a alguien cercano a la familia que hace las mejores mozzarellas locales (burrata, stracciatella, etc), y fuimos probando los fiambres y las pastas”. Más allá del toque italiano se puede decir que la carta ofrece una gastronomía mediterránea y la parrilla le aporta un sello más rioplatense.

Il Giardino abrió sus puertas en noviembre de 2019, tuvo una pequeña licencia en enero y volvió hasta marzo en que tuvieron que permanecer cerrados por la pandemia. Hace poco más de un mes empezaron con el delivery, y luego, ya con todos los protocolos de sanidad establecidos para la prevención del Covid-19 están trabajando de puertas abiertas nuevamente. También en esta instancia las diseñadoras asesoraron sobre la redistribución de mesas y reglamentaciones en los diferentes espacios, Betancor al respecto se refiere “todas las reformas las hemos realizado en tiempos record y en etapas, respetando una línea de diseño despojado, monocromático y con destaques estudiados tanto en color como en textura. Cada intervención modernizó los espacios y contribuyó a la coherencia de diseño de lo existente con lo nuevo, pero sobre todo respetando la personalidad de la familia. De la misma forma abordamos las medidas imprevistas de la Nueva Normalidad, que obligó a repensar los espacios y sus funcionamientos, pero lo logramos satisfactoriamente y manteniendo el encanto directriz con el que fue creado”.

 

Álvaro RECOBA  en 10 flashes

¿Un deporte que no sea el fútbol? Tenis
¿Un lugar en el mundo? Montevideo, sin dudas
¿Tu plato favorito? La milanesa con puré o el spaguetti carbonara de mi esposa
¿Un hobbie? De siempre, la pesca, más recientemente, la jardinería.
¿Alguien a quien admirás? Mi hermano, el flaco Fabián.
¿El barrio de tu infancia? La Curva de Maroñas (Cno. Maldonado y Celiar)
¿Algo que te hayan enseñado tus hijos? Hacer el bien sin mirar a quien.
¿Qué es lo que más admirás de tu esposa? El amor que tiene por los hijos, estar siempre pendiente.
¿Tu lugar preferido en la casa? El jardín: ¡hasta le hablo a las plantas!
¿Un sueño por cumplir? Ninguno, la vida me ha dado todo y me sigue dando. Si se da, conocer África.

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