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Arq. Rafael Lorente: el ladrillo, la madera y la piedra dialogan en su aniversario

Rafael Lorente Mourelle (Montevideo, 21 de marzo de 1940) ha cumplido recientemente sus 81 años de vida, y rendimos homenaje a un hacedor de la arquitectura y el arte en Uruguay, con vasta trayectoria que disfrutamos a través de sus edificios y obras, todas en pie. Arquitecto, egresado de la Facultad de Arquitectura (UDELAR), comenzó a trabajar en el estudio de su padre, Rafael Lorente Escudero, momento en el que participó del proyecto y construcción de la sede de AEBU. Posteriormente se asoció con su colega Fernando Giordano para fundar el estudio Giordano – Lorente.

Liceo Francés de Montevideo / Foto: Angel Urruzola para (Centro de Fotografía de Montevideo)
Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU) / Foto: Ricardo Antúnez

 

En los años 1980 integró la comisión que estuvo a cargo de la reconstrucción del Auditorio del Sodre. Son de su autoría los reciclajes del Centro Cultural de España en Montevideo, la embajada y Centro Cultural de México, y la nueva sede del Museo Gurvich, así como también el nuevo edificio del Liceo Francés de Montevideo frente al puerto del Buceo. Mención aparte y no por eso menos destacada, fue la intervención en la Plaza Fabini (en 1997), más conocida como Plaza del Entrevero en pleno centro de Montevideo, referida a las tensoestructuras (estructura de mástiles y lonas tensadas) que diseñó sobre el lucernario del Subte Municipal, luego de que en 1994 y en el marco de la revitalización de la avenida 18 de Julio la Intendencia de Montevideo otorgara una concesión para una cafetería en un sector de la plaza resuelta con plataformas y un techado de claraboyas reelaboradas. Ambos gestos dieron una nueva impronta urbana a la plaza, potenciando la magnífica conexión visual hacia Avda. del Libertador.

Obra de Rafael Lorente en la muestra «Arte en madera» / Foto: Edificio Artigas, 2019

Legado en vida para la ESCULTURA nacional

Otra faceta de su actividad son las artes plásticas, fue alumno del Taller Torres García, sus maestros fueron eminencias artísticas como José Gurvich y Guillermo Fernández. En 2001 recibió el premio Morosoli de Plata, reconocimiento creado para galardonar la cultura en Uruguay. En 2015 el Museo Nacional de Artes Visuales realizó una exposición retrospectiva de su carrera artística titulada «Rafael Lorente: Tránsitos y desplazamientos», y sobre finales de 2019 el arquitecto fue uno de los 23 artistas de primera línea que presentaron en el Espacio Cultural Edificio Artigas un total de 52 obras convocados para la muestra «Arte en madera», donde se sucedieron obras de diferente escala y magnitud, todas bajo la ductilidad y abordaje conceptual que se despliega de la madera y con la particularidad de reunir excepcionalmente a varios artistas oriundos de diferentes departamentos del país. Ver nota completa del ECEA.

Primer Premio en concurso público Monumento a la Justicia / Foto: Nacho Correa (SMA-FADU)

Lorente Mourelle, es autor también del monumento a la Justicia ubicado frente a la Suprema Corte de Justicia, en la vía peatonal emplazada frente al Palacio Piria, sobre la Plaza de Cagancha, y citamos un extracto de la historiadora, crítica de arte y curadora Alicia Haber (publicado en Diario El País el 8 de Julio de 1999, surgido de un concurso público en 1998 en la categoría Urbano y Paisaje promovido por la Universidad de la República y la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU):  «La pieza central consiste en tres bloques de granito oriental y uno de negro absoluto, que establecen un contraste logrado entre mayores densidades de negro y diferencias cromáticas sutiles. Es una escultura masiva y a la vez abierta, al mismo tiempo separada y unida, organizada en base a bloques de tamaño contenido y escala humana. Lo macizo es aludido y a la vez desafiado en un juego dialéctico generado por las entrantes y salientes y por los cortes que le dan un movimiento especial. Así, Lorente configura una obra de estética densa, de peso real y simbólico. La pieza es de formato y tamaño contundentes y resulta clara y expresiva. Es rústica y a la vez refinada, dentro de un planteamiento no figurativo.

El empleo del granito no es casual: es una de las piedras más bellas que produce el Uruguay y una de las más simbólicas en el mundo entero. Por su calidad visual es ideal para simbolizar la fuerza y la belleza de la Justicia.

El material fue tratado en forma especial desde la cantera y se estudió el tipo de corte. El artista sacó partido de los ritmos verticales y horizontales generados en el corte, estudió el recorrido tridimensional, el sutil despliegue de colores negros, las disímiles texturas y los juegos de luces y sombras provocados por hendiduras y salientes. Los volúmenes están tratados de manera tal que muestren las calidades diversas de la piedra, su rugosidad y su fuerza natural. Allí está uno de los mayores aciertos.

Además en el conjunto se revela el empleo de tres elementos geométricos esenciales, que ya desde los griegos se asocian a la justicia: el triángulo equilátero, el círculo y el cuadrado.

Por eso hay aquí elementos cercanos, (proxémicos), y más lejanos (distémicos) o sea algunos de comprensión local y otros de entendimiento más universal. A partir de ellos, Lorente juega con una simbología amplia. porque una ciudad no es para unos pocos: debe servir a sus habitantes, a los que la visitan y a los extranjeros. El escultor lo recuerda con aciertos evidentes y trata de llegar al espectro más vasto posible sin caer en facilismos temáticos. Su propuesta posee acertadas connotaciones para llegar al público más amplio, porque este es un sitio abierto, convoca a ideas compartidas y sugiere intercambios», cita la historiadora en torno a esta destacada y tan presente obra de uno de los arquitectos uruguayos referente en la década de los años 80 de la producción arquitectónica uruguaya, y como parte de la dualidad indiscutida que genera el arte con la arquitectura, y viceversa.

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